Opinión

ATISBOS

Una prensa militante complacería al Presidente

Rafael Cienfuegos Calderón

Desde julio 22 del año pasado el Presidente planteó cómo quiere que sea la relación de los periodistas y medios de comunicación con su gobierno. Dijo en la conferencia que si no abordaron ni criticaron la corrupción que había antes de que asumiera la presidencia, por qué (ahora) obstaculizan la transformación. Ahí están en falta los medios, precisó. La revista Proceso “no se portó bien con nosotros”, acusó. “No es ningún reproche”, aclaró. Ello provocó un intercambio entre el Presidente y el reportero de ese medio. “No es papel de los medios portarse bien, Presidente”; “No, pero estamos buscando la transformación y todos los buenos periodistas de la historia siempre han apostado por las transformaciones”, “Es una visión distinta, sí, pero (Francisco) Zarco estuvo en las filas del partido liberal y los Flores Magón, también”; “Son 150 años de diferencia, Presidente”; “Sí, los periodistas mejores que ha habido en la historia de México, los de la República restaurada, todos, tomaron partido. Y es que es muy cómodo decir yo son independiente o el periodismo no tiene que tomar partido, o apostar a la transformación”; “El papel de los medios es informar, Presidente”; “Sí, pero a veces ni eso, es editorializar para afectar las transformaciones”; “O sea, usted pide que editorialicen nada más a favor de usted”. Más claro, imposible. Lo que quiere el Presidente es una prensa militante y de lealtad ciega que acepte y exalte sus supuestas verdades: que la pandemia se atiende bien, aunque haya 867 mil 559 contagios y 87 mil 415 muertos, que la economía avanza, aunque cayó en 2019 y 2020 y no hay inversiones, que la seguridad mejora, aunque en 23 meses suman 65 mil 549 víctimas de homicidio doloso y feminicidios, que el empleo se recupera con casi 300 mil  creados, aunque se perdieron un millón 250 mil de marzo a mayo, que el bienestar de la gente mejorará, aunque 12 millones ingresaron a la pobreza alimentaria y de ingresos, que la nueva refinería dará autosuficiencia en gasolinas y diesel, aunque se importa 70% del consumo nacional, o que en el gobierno ya no hay corrupción, aunque trabajos periodísticos revelan que no es así. El Presidente habla de transformación y pide que como en el pasado hoy los periodistas, columnistas y medios se comprometan con ella. ¿Siendo complacientes? ¿Ocultando delitos, errores y omisiones del gobierno como acusa que ocurrió en 30 años de neoliberalismo? Si eso quiere, ¿dónde está el cambio? “El Presidente tiene derecho a molestarse por las opiniones contrarias a él, pero debe aceptarlas, pues de lo contrario dejaría de cumplir todo aquello en lo que él cree y defiende, que es un país verdaderamente democrático”. (Elena Poniatowska, El Universal).

 

Acerca de Juan Carlos Machorro

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