Opinión

A debate el presupuesto

La batalla por el presupuesto para el año próximo se inició formalmente el pasado martes. Y la lucha por el ingreso y el gasto mostró una de las caras más pobres del gobierno federal: la ausencia de operación política. Es incuestionable que el aumento de impuestos ha sido, es y será siempre, algo totalmente impopular. Pero también lo es que el gobierno de Felipe Calderón no se ha preocupado por el trabajo político que le acerque, o al menos lo intente, no sólo con las fuerzas políticas de oposición, sino con la sociedad. El gobierno paga en estos momentos, las facturas de su incapacidad política y de su terquedad para el desempeño de sus funciones. Así, desaparece la Secretaría de Turismo para convertirla en una oscura dependencia en la todavía más oscura Secretaría de Economía, sin explicar cómo una fuente de ingresos tan importante como el turismo puede ser simplemente, desaparecida del organigrama oficial. Lo mismo sucede con el programa económico. No sólo resulta difícil de entender para el ciudadano común, sino que aglutina a su alrededor a todos los sectores de la sociedad, especialmente el de los hombres del dinero. Esto es, aquellos que tendrían que apoyar, son los primeros en protestar. No hay trabajo político. Los ciudadanos expuestos a todo tipo de especulaciones, no reciben de parte del gobierno la información oportuna y veraz que les permita entender lo que sucede en realidad. Y dolidos por la escalada de aumentos, pierden la confianza en el gobierno. No hay operación política. Y ahora, ante el Congreso, la situación se convierte en una trampa para todos. El gobierno quiere que sea el PRI el que se equivoque y pague el costo político de las medidas y los posibles fracasos. Siempre será posible acusar a la oposición del fracaso de las medidas tomadas. Los priístas por su parte, desean que sea el gobierno el que enfrente, debidamente, el costo de ser gobierno. Que presente proyectos y asuma la responsabilidad de las decisiones. Y los ciudadanos, quedan atrapados en una lucha en la que, pase lo que pase, serán los responsables de asumir el costo de todo lo que se determine. De cualquier manera, el primer resultado de la formalización de la lucha por el presupuesto, es la evidente falta de habilidad política del gobierno. Y eso, quiérase o no, son malas noticias para todos… Y para acreditar que la incapacidad política oficial es enorme, baste con un pequeño análisis de los decálogos presentados por Felipe Calderón al inicio del mes, y el de César Nava hace una semana. En el primero, el Presidente habla de la necesidad de acabar con la idea de que la política es sinónimo de confrontación. En el segundo, el nuevo dirigente del PAN inicia una nueva cruzada política contra el PRI, ahora enfocada contra los gobernadores. La congruencia no es una cualidad en el grupo en el poder en estos momentos… Y por si fuera poco, la Secretaría de la Defensa Nacional establece que el narcotráfico es una amenaza contra la seguridad nacional. Y entonces, ¿qué es lo que se ha logrado tras dos años de lucha abierta contra los cárteles de la droga? ¿Los avances que aparecen en los discursos no corresponden a la realidad? Esta es una afirmación adecuada para el inicio de la lucha, pero tras más de dos años de combate ¿no tendrían que presentarse los avances y darse a conocer los tiempos que nos faltan para alcanzar la tan ansiada victoria?… Pase lo que pase con la propuesta de Felipe Calderón para que Arturo Chávez Chávez se convierta en el nuevo procurador general de la República, lo que salta a la vista es el hecho de que, de nueva cuenta, el gobierno pagará costos muy elevados por su incapacidad. Si la propuesta prospera, el nuevo titular de la PGR estará sujeto a una línea de presión social que le incapacitará, guste o no, para mucho del trabajo que se tiene que realizar en esa dependencia. Si la propuesta es rechazada, Felipe Calderón pagará de cualquier manera el costo de haber pensado en un hombre que en el mejor de los casos, es altamente cuestionado en el terreno de los derechos humanos. El Presidente ha quedado atrapado en un juego en el que, se quiera o no, lo único que está claro es que no se tienen objetivos claros en ningún terreno por si ello fuera poco, se adolece de un equipo realmente preparado para las funciones del gobierno… Poco a poco, Carlos Rojas deja ver que como coordinador de la bancada del PRI en San Lázaro, carece de las capacidades de un líder político. Y poco a poco, pero con firmeza, se forman grupos que podrían marcar el inicio de una batalla política al seno del PRI que podría terminar con grandes confrontaciones internas en el más grande grupo de oposición…

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