Notas

Genera Carta de Venecia nuevas nociones de salvaguardia

La Carta de Venecia ha experimentado una tenaz y permanente evolución de conceptos, desde una manera más amplia de mirar a los monumentos y los sitios patrimoniales, incluyendo al territorio y a los paisajes e itinerarios culturales, hasta las nuevas nociones de rescate, restauración, conservación y salvaguardia.

Ello fueron las conclusiones del Encuentro Internacional “Los nuevos paradigmas de la conservación del patrimonio cultural, 50 años de la Carta de Venecia”, en donde expertos nacionales e internacionales en materia de restauración y conservación, plantearon que como parte de la actualización de los criterios de preservación monumental, han surgido diversas posturas y métodos de trabajo que no solamente han provocado debates sobre intervenciones en monumentos, sitios y entornos, sino que también han permitido mantener los valores primordiales de la Carta de Venecia.

Al respecto, Francisco Vidargas, subdirector de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), añadió que la Carta de Venecia debe ser permanentemente interpretada y se deberá trabajar a futuro en la revisión de conceptos como la relación de lo material con lo inmaterial; la ética ante el patrimonio; la reconstrucción, la participación social, la apropiación y la legitimización; las migraciones y el patrimonio, y los documentos doctrinales de restauración y conservación.

Señaló que “la Carta de Venecia (1964) significó hace 50 años un trascendental paso para la aplicación, a nivel mundial, de principios normativos más coherentes en cuanto a la teoría y la práctica de la restauración arquitectónica. Sus enunciados y definiciones con validez universal, así como sus postulados técnicos abrieron los criterios, la filosofía, los métodos y una noción más amplia de los monumentos, los conjuntos y los centros históricos, y su consiguiente rescate, conservación y puesta en valor”.

Vidargas expresó que la transformación de la vida social, económica, cultural y turística de las zonas monumentales ha implicado la renovación de conceptos sobre este patrimonio, además de una más completa formación técnica multidisciplinaria de los responsables de su resguardo.

Por su parte, Michael Petzet, integrante del Comité Nacional en Alemania del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), afirmó que la Carta de Venecia es un documento indispensable y eficiente para la preservación del patrimonio monumental.

Aseveró que el escrito representa un sistema regulador muy importante para llevar a cabo la restauración de inmuebles respetando el estilo y los periodos históricos. Asimismo, propone la aplicación de nuevas ideas y métodos para la preservación y conservación, pues actualmente se tiene el apoyo de científicos de los campos de la física y la química que contribuyen en esta labor y cuya cooperación es indispensable.

En opinión del especialista, la función más importante de la carta es el concepto que ofrece de los monumentos, que conecta sus valores materiales e inmateriales, históricos y artísticos. “Es indispensable otorgarle el análisis correcto, realzar su eficiencia y hacer una interpretación clara y concisa de la misma”.

Añadió que el documento ha generado conciencia en el tema de la restauración, por lo que se han creado escuelas e instituciones destinadas a mejorar los trabajos en esta disciplina y contiene quizá los más importantes principios para mantener el espíritu de los monumentos. Además recordó que este organismo surgió justamente de los enunciados de ese escrito.

Carmen Pérez, subdirectora del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, de España, dijo que si bien la Carta de Venecia tiene un acento europeísta, pues había sido Europa la que había sufrido mayor deterioro de su patrimonio a causa de la Segunda Guerra Mundial, ha servido de guía para la conservación del patrimonio.

Sin embargo, indicó que en este encuentro se han alzado varias voces sobre la necesidad de revisar sus principios y —“aunque no se ha dicho pero sí se ha pensado”— de crear un nuevo documento.

Indicó que “quizá cabría hacer algunas enmiendas para volverla más actual, pues sus definiciones han quedado rebasadas. Por ejemplo, en el artículo primero que se refiere a la definición de monumento, habría que incorporar el paisaje que lo circunda, así como sus valores inmateriales”.

Añadió que en el artículo segundo también sería interesante definir las técnicas que se aplican al momento de hacer una restauración, en tanto que en el tercero cabría indicar que es preciso salvaguardar tanto el monumento como su entorno.

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