Notas

El Presidente Calderón olvidó a Vasconcelos

La seguridad pública, en comunidad y en familia, es el principio de una vida mejor. Y quienes ocupan los cargos públicos en torno a la seguridad nacional, estatal, municipal o de barrio, son servidores públicos que día a día su persona y su vida está en peligro. Peligra su persona y su vida porque enfrentan a la delincuencia que atenta contra la ciudadanía o la familia. El avionazo del 4 de noviembre impactó la vida nacional y rebasó las fronteras, porque murió un grupo de funcionarios, entre ellos el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño. El Presidente Felipe Calderón se ha prodigado en su expresión de tristeza y de exaltación personal a Mouriño.
Pero Felipe Calderón ha ignorado la trayectoria y el papel que representó José Luis Santiago Vasconcelos. Un profesionista universitario, penalista, por años, por décadas, dedicado a la investigación del área llamada inteligencia, es decir, de los cuerpos de alta investigación del Estado. En su acervo sobre seguridad nacional, debió existir la radiografía del territorio y de sus áreas con riegos por la violenta y sofisticada delincuencia organizada. De su trabajo público hay muchos testimonios judiciales y periodísticos.
¿Cuántas personas tiene el Estado mexicano con capacidad y entrega, con el convencimiento de que por servir al Estado que significa pueblo, lo hacen a sabiendas de que en cualquier momento pueden perder la vida en atentados? Debe haber varios, ojalá y así sea, porque México lo necesita. Todo indica que Santiago Vasconcelos perteneció a ese grupo de distinguidos y entregados mexicanos que actúan para servir y proteger a la sociedad. Y para que ésta tenga mejor calidad de vida. Tenga tranquilidad social.
Algunas notas periodísticas, breves y perdidas en los interiores de los periódicos, publicaron sus funerales. Los cuales, al parecer, se efectuaron en uno de los recintos funerarios de la Secretaría de la Defensa Nacional. El Presidente Calderón debe revisar su acción y visión en torno a la muerte de este personaje. No se trata de comparar la importancia de los funcionarios que perecieron en el avionazo. Individualmente, cada uno de ellos, perdieron el valor mayor que existe, que es la vida. Pero México perdió también a un defensor de la sociedad.

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