Notas

Deslenguados en ejecuciones; paren tanto horror

 

Las ejecuciones son ahora por docenas y del corte de cabezas se pasó al corte de lenguas, en tanto el gobierno federal advierte a los cárteles que pierden la guerra. En el Estado de México fue encontrado un cadáver con la espalda desollada y así causan pavor las mafias a sus adversarios, incluidas las autoridades.

Esto no es motivo de sonrisas a la hora de decir discursos porque el miedo penetra y se extiende cada día en una población  presa de pánico. 

Familias enteras se van del país y empresarios nacionales y extranjeros han cancelado inversiones debido a la inseguridad de años recientes, nunca antes padecida aquí.

En todas partes son escuchadas las frases de cuándo va a terminar este infierno. No hay respuestas y tampoco el Presidente Felipe Calderón las puede ofrecer porque ni él sabe lo que está por venir.

El sentir general es que el hampa tiene bajo control a casi todos los cuerpos policíacos e incluso están de su lado numerosos militares. Según ha dicho el presidente de la república, la delincuencia está dentro en la política.  

Es lamentada la participación del Ejército mexicano en la lucha contra el narcotráfico, lo cual le significa tremendo desgaste debido a la pérdida constante de vidas humanas y de su prestigio. Es la única autoridad de respeto que nos quedaba, comenta el vox populi.

En este año habrá   más de cuatro mil ejecuciones, aparte de las víctimas de secuestros. Son cifras descomunales que nunca sucedieron en nuestro país a causa de la inseguridad.

Durante el gobierno de Vicente Fox fueron echadas a rodar cinco cabezas humanas en una discoteca de Uruapan, Michoacán. Este hecho causó asombro nacional, pero fue olvidado en poco tiempo porque ninguna autoridad le dio seguimiento.

En septiembre pasado fueron descubiertos 12 cadáveres decapitados cerca de Mérida, Yucatán, otro suceso olvidado a los dos o tres días. La gente empieza a acostumbrarse a tan brutales horrores, sin exigir cuentas a sus autoridades.

De los 24 trabajadores asesinados, cada uno con tiro de gracia en la cabeza, cerca de La Marquesa, Estado de México, tampoco será esclarecido. La policía informó que el homicidio colectivo fue perpetrado por el narcotráfico y en eso quedó todo. 

Hoy aparecen narcos y «zetas» por montones aunque no lo sean. Secuestran, chantajean, asesinan y dejan recados, haciéndose pasar como miembros de la delincuencia organizada. Eso basta para que los órganos policíacos no hagan nada  y crezca la impunidad. En ese caos de sangre está México atrapado.

El lunes pasado fueron abandonados 16 cadáveres en lotes baldíos de Tijuana. Junto a una escuela, en la colonia Otay Constituyentes, yacían 12 cuerpos y, para no ser  vistos por alumnos de primaria, las clases se suspendieron.

En otro predio aparecieron cuatro cadáveres, junto a los cuales había mensajes contra el nuevo líder del cártel los Arellano Félix, Fernando Sánchez Arellano. 

El drama adicional de estos sucesos es que 7 de los cadáveres tenían cortadas las lenguas. Aterroriza la idea de que los infelices individuos estuvieran con vida cuando los deslenguaron. Al día siguiente, también en Tijuana, hubo otras seis ejecuciones y los cadáveres fueron echados en tambos de ácido sulfúrico. 

Estos excesos brutales espantan a la población. Antes, los cuerpos de las víctimas eran lanzados al mar o en barrancos profundos, se les incineraba o eran metidos en tambos de cemento y chapopote. Hoy les cortan las cabezas a hachazos. A un infeliz le fueron contadas 500 perforaciones de bala. El cuerpo quedó deshecho. 

Esto no corresponde a un país democrático y el régimen panista de Felipe Calderón debiera actuar con mayor energía y acciones de fuerza, a fin de tranquilizar al pueblo. Como ha dicho el michoacano, se debe pasar de las palabras a los hechos.

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