Notas

Condena

 

Se cumplieron cuatro años del secuestro y homicidio de la niña Nancy. Dos de los perpetradores fueron sentenciados a 90 años de prisión, según informan medios que dieron oportuno seguimiento al asunto, en las instancias competentes.

¿La multa? Qué importa la multa. Presente es el dolor. El dolor de una familia que en la joven-niña sembró amor y esperanzas. De una familia a la cual le fue arrebatada la vida. También hay un sentimiento social de pesar.

Dejemos los nombres de los homicidas en la oscuridad. A la oscuridad pertenecen. En la oscuridad pasarán el resto de sus días. En la sombra también estarán padres y parientes de ellos. También es pena. Sin embargo, si el entorno inmediato y próximo de los criminales se analizara, se encontrarían responsabilidades compartidas.

¿Y la sociedad?

Cuenta. ¿Qué ocurre en los ámbitos donde nos desenvolvemos? Donde los jóvenes se forman ¿Qué de las instituciones? A partir de la familia misma. La escuela. Las iglesias. Las autoridades en los tres órdenes de gobierno. Tres órdenes, municipales, federales, estatales. Ordenes, no niveles, como recientemente dijo, el secretario de Gobernación; ministro del interior le llaman en algunos países, cuya dependencia es responsable de muchas de las cuestiones relativas al desarrollo social y político. Al desarrollo institucional.

Qué de los poderes que integran el gobierno de la República: Ejecutivo, Legislativo, Judicial. ¿Quién cumple? ¿Quién no?

Qué de la conciencia de cada quien.

Lo he planteado antes y lo repito: ¿El hombre nace bueno y se transforma en malo? O al revés, nace malo y en la socialización encuentra los valores que lo hacen bueno. Me parece que ni lo uno ni lo otro. Creo que el hombre nace sin conciencia de bueno y malo. El ser humano es contenido que toma la forma que el continente, la familia, le imprime.

Si la familia tiene fisuras en su composición, el hombre, la mujer, tendrán en su ser las fisuras del molde. Por ello, la importancia de atender, desde todas las instituciones involucradas, o vinculadas, a su desarrollo.

Apunto un par de párrafos que escribí cuando el homicidio de Nancy:

“…según uno de los presuntos delincuentes, dijo la víctima, mientras la encerraban ‘No me hagan nada, ¿por qué me hacen esto, si somos amigos?’

“Cuando los agentes ministeriales llegan a detener a uno de los sospechosos, dice éste ‘ya sé por qué vienen. Es porque secuestramos y matamos a Nancy.”

(Mi Ambiente, 20 de marzo de 2005) 

Concluyo con palabras del padre de la víctima:

“Es la pena máxima, me siento bien con eso, pero obviamente eso no va a hacer que recupere a mi hija, pero de alguna manera es como una pena de muerte nada más que prolongada por años.

“Yo creo que con esto ahora sí se les va a borrar la sonrisa de la cara.

“El hecho de que dos personas ya hayan salido libres es bastante incómodo, también cometieron el delito y es bastante grave; lo veo mal porque supuestamente están rehabilitados.”

(Reforma, martes 17 de febrero del 2009, sección ciudad, justicia, p. 6)

Por desgracia, es también un sentimiento de muerte de quienes sobreviven a la joven niña, víctima de una combinación de delincuencia circunstancial, propiciada por la inmediatez de algunos hechos y la perversidad de gente cercana a otras formas de criminalidad.

 

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