Notas

Circuito del Tequila en Guanajuato

El tequila es símbolo de México, al ser una de las bebidas con mayor aceptación en el mundo entero y en el estado de Guanajuato es una de las entidades en donde se produce este manjar al paladar, por ello, la historia, la cultura, la naturaleza y la gastronomía del Estado sorprenden a quien lo visita.

Guanajuato se ubica en el centro del País y entre sus atractivos cuenta con el Circuito del Tequila, que comprende varios sitios donde se produce, se siembra y se cosecha el licor de un agave que sólo crece en esta noble tierra.

La calidad del tequila de Guanajuato se ha forjado con el andar de los años logrando contar con el distintivo de Denominación de Origen. El 9 de diciembre de 1974, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la protección a la denominación de origen del tequila, estableciendo un territorio de denominación de origen para esa bebida; con el pasar de los años ha tenido algunas modificaciones y actualmente comprende 181 municipios de cinco estados de la República Mexicana: Jalisco con sus 125 municipios, Michoacán con 30, Tamaulipas con 11, Nayarit con 8 y Guanajuato.

La Denominación de Origen en el estado de Guanajuato ofrece un recorrido que permite conocer los procesos de elaboración de esta bebida por los municipios de Abasolo, Cuerámaro, Huanímaro, Manuel Doblado, Pénjamo, Purísima del Rincón y Romita.

Así se creó el Circuito del Tequila, para reforzar las rutas existentes en el estado por medio de la creación de circuitos gastronómicos, integrando a productores y empresas tequileras, prestadores de servicios turísticos y la zona protegida por la denominación de origen, para que el visitante tenga la oportunidad de vivir el interesante proceso de elaboración del tequila 100 % guanajuatense y que es regulado por el Consejo del Tequila, resguardado en un ambiente de profunda tradición.

Al visitar el Circuito del Tequila, se debe degustar algún tipo de esta bebida, recorrer los paisajes agaveros, conocer el proceso de la bebida, participar en catas-maridajes y en talleres demostrativos en torno al tequila, junto con la degustación de la cocina tradicional. El recorrido consiste en la visita de haciendas tequileras y ranchos de cultivo de agave que muestran procesos de elaboración totalmente diferentes:

Está la tequilera Real de Pénjamo, que es una hacienda donde el visitante podrá apreciar el proceso de elaboración del tequila y tener como experiencia la visita de un paisaje agavero, el horneado, la molienda, la fermentación, la destilación, el añejamiento, la degustación y la fábrica de cerámica.

En la tequilera Tres Joyas Magallanes, el visitante puede conocer la elaboración del tequila a través del proceso artesanal, con la experiencia del proceso artesanal del tequila a través de la molienda utilizando la tahona, que es una piedra circular de una sola pieza, movida por mulas para extraer el líquido sin presionar excesivamente las fibras del agave.

La tradicional Tequilera Corralejo ofrece un recorrido por la reconocida hacienda donde se aprecia el proceso de elaboración del tequila, además de visitar sus museos y cavas, y se puede observar el  horneado, la molienda, la destilación, el añejamiento y por supuesto, hacer una degustación.

En el Bodegón de la Dolce Vita, de la Tequilera Corralejo, se ofrece un espacio de exhibición de la diversidad de tequilas de la hacienda y se puede participar en talleres artesanales de perfumes y recorridos a la impresionante cava de tequila.

En el Rancho El Coyote se muestra un campo con un hermoso paisaje agavero, donde el visitante podrá conocer el proceso del cultivo y cosecha de los agaves, además de tener la oportunidad de vivir la experiencia de ser jimador por un día; además y disfrutar un buen tequila en frescos cantaritos.

La oferta no sólo es visitar los espacios tequileros, porque también se puede conocer la diversidad de esta bebida, a saber, en blanco, reposado, añejo y extra añejo.

El primero se obtiene después de la destilación; pasa a las embotelladoras casi inmediatamente y sólo está en barricas de encino unas horas o días, por lo cual su sabor no varía y ya embotellado tiene una graduación de 38 a 46 grados.

El tequila reposado permanece por un lapso de dos meses y hasta menos de un año en barricas de encino o roble blanco; es más suave que el blanco y tiene un color natural dorado tenue hasta un ámbar claro, por lo que su sabor tiene un dejo a madera con una graduación de 38 grados.

El añejo se madura por lo menos un año y hasta 10 años en barricas de roble blanco, nuevas o de segundo uso; su color va de un dorado fuerte a un ámbar oscuro, mientras que su sabor está fuertemente impregnado con la madera y su graduación alcohólica es de 38 a 40 grados, por lo que es el más sofisticado y refinado de todos.

Pero la excepción al paladar la hace el tequila extra añejo; producto susceptible de ser abocado y es sujeto de un proceso de maduración de por lo menos tres años, en contacto directo con la madera de recipientes de roble o encino, cuya capacidad máxima es de 600 litros, su contenido alcohólico comercial debe, en su caso, ajustarse con agua de dilución.

Acerca de Juan Carlos Machorro

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