Notas

Capitalismo voraz y educación en la calle

 

Los temas golpean a México. La crisis financiera que colapsó al capitalismo liberal. Este llegó a su fin. Con ello el llamado neoliberalismo que montó George Soros, con Ronald Reagan, Margaret Teacher, Juan Pablo Segundo. Y otros, como Mijael Gorbachov, se vieron como timadores financieros. Escasos 30 años fueron suficientes para mostrar la voracidad sin rostro humano de los capitalistas. Saquean, rematan a sus víctimas. Es el cartel de los empresarios. Arrastraron a Estados Unidos, luego a Europa y puntillaron América y despojaron a México de las reservas y devaluaron el peso. Así mataron el pregonismo del neocapitalismo, al que se adhirieron Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón. 

Ahora no hay camino. La otra opción también se derrumbó con la Unión Soviética, que exhibió la manipulación de la opción comunista. Atrás de esa cortina de hierro se ocultó, por décadas de años, la dictadura sangrienta, terrorífica, que nació asesinando a la familia imperial con todo y niños. Desde Lenin y Stalin se implantó el terror de Siberia y el encierro contra la libertad. Y sin democracia. Lo mismo es China con su viraje a un capitalismo en una dictadura de Estado.

Son dos opciones, que planteó Smith y, por la otra banda, Marx. Y los gobiernos que se entronizaron en el capitalismo o en el comunismo, fueron rebasados, uno por su libertad de capitales y otro por el control de la libertad humana. Y la pregunta que se hace la sociedad es en torno a qué camino acudir, a qué opción sumarse. Y que se logre el sentido humano. Sin dogmas y sin maniqueísmos con los que se seduce.

El otro tema, es la educación. México vive un atraso en su educación pública. El voluntariado magisterial, con vocación por la educación, ha sido desvirtuada y se ha convertido en mercantilismo y en trinchera de lucha por el poder político. Por un sindicato que vende la estructura para llevar a partidos y políticos al gobierno, como lo ha hecho Elba Esther Gordillo, en donde el SNTE es una caja enorme de dinero, para las regalías a los líderes seccionales, como el último escándalo de las 59 camionetas Hummer. 

En ese mismo bando se encuentran las organizaciones que conforman la Coordinadora, contra Elba Esther y contra la política gubernamental educativa. Sin miramientos, despojados de humanismo y vocación, cierran escuelas por meses y afectan a miles, y a miles de niños de kinder, primaria y hasta secundaria. Es la lucha por el poder, a costa de lo que sea, ocurre en Oaxaca, Michoacán, Guerrero o Morelos. Y otros estados.

En medio se encuentra un gobierno, que encabeza Calderón, sin encontrar la solución al conflicto magisterial. Y una secretaria de Educación, Josefina Vázquez Mota, que pregona como bandera de su administración la alianza por la calidad educativa. Parece una actitud inmutable. Incluso bajo el riesgo del cargo.

Pero México no tiene mejor calidad de vida. Y la niñez va en un sendero oscuro al futuro.

 

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