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Sistema de Alerta Sísmica Mexicano, único en su tipo

Rafael H. Rivera

Después de los sismos de 1985 que dejaron una gran cicatriz en la Ciudad de México y en los estados afectados por los movimientos telúricos que se registraron en esa ocasión, surge la necesidad de contar con un sistema que pudiera brindar algún tipo de alerta ante un fenómeno de esta naturaleza.

De ahí que en el año 1986 surge el CIRES (Centro de Instrumentación y Registro Sísmico, A.C.), auspiciado por la Fundación Javier Barros Sierra, AC, y con una aportación importante por parte del gobierno de la Ciudad.

Atender los avisos de la alerta es básica para salvar vidas.

Atender los avisos de la alerta es básica para salvar vidas.

Hasta hace unos años, explica Jorge Arturo Rosas Fernández, en entrevista para Mi Ambiente, presidente de la Comisión de Seguridad, Higiene y Protección Civil del Centro Empresarial de la Ciudad de México S.P. (Coparmex Ciudad de México), este sistema estaba enfocado a la advertencia temprana de la zona conocida como la “Brecha Sísmica de Guerrero”, espacio geográfico que merece particular atención por parte de especialistas, dando la oportunidad de recibir un alertamiento a la Ciudad de México con hasta 60 segundos de anticipación a la ocurrencia de movimientos sísmicos provenientes de ese lugar”.

Este Sistema de Alertamiento Sísmico (SAS) entró en operación en 1989 y de manera pública en 1993, corriendo los gastos de operación y mantenimiento al gobierno de la Ciudad de México, siendo hasta 1999 cuando aprovechando la experiencia del SAS, el gobierno de Oaxaca patrocina el desarrollo del Sistema de Alertamiento Sísmico de Oaxaca (SASO), que entra en operación en 2003.

Jorge Rosas explica que la unión de ambos sistemas generó lo que hoy se conoce como SASMEX (Sistema de Alerta Sísmica Mexicano) que considera único en su tipo, ya que la red de sismógrafos, acelerógrafos e instrumentación para la detección y activación de los sistemas se ha ampliado, permitiendo recibir alertas por movimientos telúricos que provengan de Guerrero, Oaxaca, costas de Jalisco, Colima, Michoacán y sur de Puebla.

¿Cómo funciona?, ¿es realmente efectiva la alerta?, son preguntas que nos dice Rosas, casi siempre se hace la población en general. Explica: “al momento de que una estación de campo (ESDECA) registra un sismo que podría rebasar el numeral 5 de magnitud y, a su vez, otra estación confirma la información, se activa la notificación que se dispara vía ondas de radio, es decir, casi a la velocidad de la luz (300,000 km/s), de tal manera que en pocos segundos hacen los mismo los mecanismos de alertamiento”.

Con respecto a su efectividad, refiere =como especialista en Protección Civil=, que va de la mano con los planes preventivos que se tengan en los hogares, reflejados bajo la figura de un Plan Familiar de Protección Civil, o en los establecimientos mercantiles con sus Programas Internos de Protección Civil, no sólo como documentos para cumplir con la normatividad, sino como instrumentos dinámicos de acción en caso de que se presentara alguna eventualidad.

En estos momentos, al tener toda una red de sensores, propiedad de los gobiernos participantes en el SASMEX, se tiene una variación en cuanto a los tiempos que se podría percibir un movimiento telúrico en las ciudades que tienen cobertura, hasta este momento, la señal se distribuye de manera gratuita en: Distrito Federal y zona metropolitana, Chilpancingo, Acapulco, Oaxaca y Morelia; cuya variación podría depender de la ciudad correspondiente.

La magnitud para activar el sistema se fija en 5 mas-menos medio numeral, es decir, que podría activarse con un sismo de 4.5 o bien no disparar señal alguna con uno de 5.5 de magnitud, considerando una serie adicional de parámetros como la ubicación geográfica y probable afectación en las ciudades que reciben en este momento la señal. Es decir, que hay un umbral de disparo para la decisión automática de alertamiento.

A partir de 2012, el alertamiento se acerca a la población en general, con la comercialización del receptor del Sistema de Alerta de Riesgo Mexicano, mejor conocido como receptor SARMEX, que en este momento está limitado únicamente para la difusión de peligro sísmico, teniendo capacidad para difundir cerca de 80 avisos diferentes que pueden ir desde avisos meteorológicos o de tránsito hasta la Alerta Amber.

En el caso de la Ciudad de México, se cuenta con tres estaciones transmisoras en distintas ubicaciones, lo que permite que casi en cualquier parte del DF se pueda escuchar la emisión que de manera constante es de música “clásica”; al activarse la alerta sísmica, estas estaciones emiten un código que dispara el audio oficial de alerta sísmica, pregrabado en la electrónica del receptor.

Como todo radio receptor, dice Jorge Rosas, necesita que su antena se encuentre desplegada y libre de obstáculos para asegurar la recepción de la emisión o en su caso contar con algún sistema de antena externa, además de que se tiene que definir el área donde se escuchará la alerta o instalar un sistema de sonorización para que todas las áreas del domicilio familiar o del establecimiento comercial puedan activar sus mecanismos de emergencia.

En relación a las diferentes aplicaciones que se distribuyen para la recepción del alertamiento en teléfonos celulares o dispositivos móviles, Rosas refiere que el mismo CIRES, en su página de internet, ha publicado que no ha validado ninguna de éstas, por lo que no se recomienda su uso como único método o sistema, ya que siempre estarán sujetos a la conectividad a los servicios de internet, congestión de los servidores y activación sonora de los dispositivos, es decir, si están en silencio o apagados.

Agregó que “la señal se distribuye de manera gratuita al ser patrocinada por los gobiernos estatales, sin embargo, sólo el aparato SARMEX es capaz de emitir el sonido oficial y que ya mucha gente conoce, por lo que recomienda que sea este receptor o el que recomiende el CIRES, ya que estará validado para su correcta operación y funcionamiento.

Recomienda no dejarse llevar por rumores con respecto a la probable ocurrencia de un sismo de gran magnitud que impacte a la Ciudad de México. “No se trata de minimizar, pero tampoco de sobredimensionar el peligro o riesgo; tenemos que tener claridad en que vivimos en una zona sísmica y, por ello, actuar en consecuencia con los planes de Protección Civil acorde a nuestro centro de trabajo, negocio u hogar”.

Finalmente, señaló que “es importante que los Planes y Programas de Protección Civil, familiares y de establecimientos mercantiles se adecúen a la realidad, que sean dinámicos y asegurarse que la programación y recepción de los radios SARMEX sean correctas para activar los procedimientos de emergencia”.

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