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Recobrará Zócalo su esplendor perdido

El cierre de la Plaza de la Constitución o Zócalo de la capital mexicana a la circulación vehicular no tiene vuelta de hoja. Es definitiva y permanente porque forma parte del Plan Integral de Manejo del Centro Histórico de la Ciudad de México y porque así lo prometió el anterior jefe de Gobierno del Distrito Federal en 2011 a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), toda vez que esta es la tendencia mundial para conservar parte vital de las ciudades más importantes del orbe y para hacer esa parte, peatonal.

En el caso de la capital mexicana también se argumenta la necesidad de recuperar calles y edificios en manos del ambulantaje y dedicarlo al disfrute de la ciudadanía y del turismo cultural.

Otras de las razones que se esgrimen son:

  • 1.- Propiciar la recuperación del equilibrio urbano, social y económico.
  • 2.- Asegurar la permanencia de valores del sitio y eficiencia del sistema urbano.
  • 3.- Generar mecanismos que vinculen la participación coordinada de los diversos agentes del desarrollo.
  • 4.- Generar oportunidades para la preservación y acrecentamiento del conjunto de valores culturales.
  • 5.- Conducir el mejoramiento progresivo del sitio mediante la ejecución de acciones inmediatas y programación de acciones futuras.
  • 6.- Construir herramientas para el seguimiento y evaluación del manejo del sitio como base para la educación o replantamiento de las orientaciones asumidas.

De acuerdo con el plan citado, en el presente año queda cerrado el tránsito vehicular alrededor del Zócalo y una cuadra en torno a la Plaza de la Constitución.

Por lo tanto, se cierran también a la circulación los tramos de las calles Brasil, de Tacuba a Cuba. Por 5 de Febrero, de 16 de Septiembre a Venustiano Carranza, y 20 de Noviembre, del Zócalo a Venustiano Carranza.

Sobre Pino Suárez, del Zócalo a Venustiano Carranza; por Corregidora, del Zócalo a Correo Mayor. Por Tacuba, de Brasil a República de Chile, y 5 de Mayo, del Zócalo a Eje Central.

Además, por Palma, de Cuba a Venustiano Carranza; Primo de Verdad hasta Guatemala; Academia será totalmente peatonal. Por San Jerónimo, de Pino Suárez a 5 de Febrero.

Desde los años 30’s del siglo pasado, el Zócalo lucía hermosos jardines, pero entre 1956-1957, el entonces regente Ernesto P. Uruchurto Peralta, decidió quitarlos para dejarlo con la sobriedad de ahora. Pero es probable que vuelva a lucir como antaño, porque el gobernante capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa, quiere que la Plaza de la Constitución recupere su encanto.

Para aquellos que lo hayan olvidado y para quienes no lo sepan, diremos que dicho espacio público se llama Plaza de la Constitución, en honor a la Constitución de Cádiz de 1812 y no a la Constitución Mexicana.

La gente comenzó a llamarlo Zócalo porque el traicionero político veracruzano, López de Santa Anna, prometió hacer ahí la columna de la Independencia para honrar a los héroes mexicanos, pero como nunca cumplía lo que prometía, únicamente se hizo el basamento de la columna y ahí quedó todo.

ZONA DE MONUMENTOS HISTÓRICOS
Fue el 11 de abril de 1980, cuando el Centro Histórico de la Ciudad de México fue declarado oficialmente Zona de Monumentos Históricos. Después, en 1987, la UNESCO lo hace Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Esta pequeña parte del Distrito Federal es la más grande y emblemática de América Latina y uno de los más importantes centros turísticos del mundo y principal destino de turismo cultural del país. En él se concentran algunos de los tesoros culturales más apreciados de la nación y verdaderas joyas de la arquitectura, según el Consejo Nacional parea la Cultura (Conaculta).

Este sitio, lleno de tesoros, cuenta con cerca de 1,500 edificios, entre templos, museos, hoteles, tiendas, galerías, teatros y centros culturales, muchos de ellos catalogados como monumentos históricos o artísticos.

En 668 manzanas y una superficie de 9.7 kilómetros cuadrados, es posible admirar la arquitectura que resume la historia de las épocas prehispánica, colonial, virreinato, independiente y moderna.

Recuento de existencia de tesoros:

  • 67 monumentos religiosos
  • 129 monumentos civiles
  • 542 edificios incluidos por ordenamiento de Ley de 1972
  • 743 edificios valiosos que deben ser conservados
  • 111 edificios con valor ambiental que deben ser conservados
  • 6 templos modernos
  • 17 edificios ligados a hechos o personajes históricos
  • 78 plazas y jardines
  • 19 claustros
  • 26 fuentes o monumentos conmemorativos
  • 13 museos o galerías
  • 12 sitios o edificios con pintura mural, construidos entre los siglos XVI y XIX.

Basta mencionar algunos sitios de renombre mundial como el Templo Mayor de México Tenochtitlan, Catedral Metropolitana, Palacio Nacional, Antiguo Palacio del Ayuntamiento, Palacio de Bellas Artes y Museo Nacional de Arte, entre muchos otros.

Su riqueza cultural no se limita a los edificios antiguos y museos; se aprecia también en las calles, festividades, obras artísticas, gastronomía y en la vida cotidiana de la ciudad.

Historia de la Ciudad de México

La Ciudad de México, fundada en 1325 como asentamiento lacustre en un pequeño islote, llegó a ser, a principios del siglo XVI, sede del señorío azteca que controló amplios territorios. Con la colonización española se convirtió en la sede de los poderes del Virreinato de la Nueva España.

Después de la Independencia, es la depositaria de los poderes de la nueva nación; experimentó cambios notables, como la destrucción de los escudos nobiliarios, desaparición de los conventos tras las leyes de Reforma, y la gran campaña de construcciones públicas de los inicios del siglo XX.

Al término de la Revolución de 1910, la ciudad inició numerosas transformaciones bajo una nueva conciencia. En los años 30, a través de diversos decretos, se protegió al Zócalo, la calle de Moneda y varios edificios importantes. Además, tanto las autoridades como las instituciones culturales y los especialistas se convencieron de que la ciudad era el destino de visitantes de mayor importancia en el Continente Americano.

Acerca de Luis Enrique Velasco Yépez

El autor no ha proporcionado ninguna información.

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