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Prevé BBVA Bancomer lento crecimiento en México

De acuerdo al Banco BBVA Bancomer, en México, se estima que el PIB crezca 2.2% en 2015 y 2.5% en 2016, desde el 2.5% y 2.7% estimado previamente. La revisión al escenario es consecuencia de la falta de mejora en la producción industrial en Estados Unidos en los últimos meses, una revisión a la baja al escenario de crecimiento de ese país para 2016 de 2.8% a 2.5%, y la falta de gasto público en infraestructura en México. El recorte al gasto público federal en 2016 implica que éste dejará de ser un impulso para el crecimiento.

Con el objeto de mitigar la reducción en inversión, se ha lanzado un nuevo instrumento financiero llamado Fibra E que busca monetizar infraestructura ya existente, e invertir los recursos de este proceso de monetización en infraestructura adicional.

La sorpresa al alza en los últimos meses ha provenido del sector servicios (que incluye comercio). Por ello, este banco estima que en esta mejora ha influido la depreciación cambiaria que incrementa el ingreso disponible a través de las remesas y el sector turístico, la formalización del empleo impulsada por el sector público, y el aumento del salario real. Con esto, en los primeros ocho meses del año el crecimiento anual promedio del sector servicios ha sido de 3.2%, lo que contrasta con un crecimiento de únicamente 1.0% del sector industrial.

La reforma energética ha continuado su curso, y ya se han licitado los campos de las primeras dos etapas de la Ronda 1. No obstante, los bajos precios del petróleo han influido en una adjudicación de contratos menor a la estimada previamente  y en un retraso en las inversiones en aguas profundas, las cuales se encuentran entre las de mayor cuantía, lo que implica que los beneficios de la reforma energética tardarán más tiempo en materializarse.

La inflación general ha alcanzado un nuevo mínimo histórico en 2.5%. La baja inflación en el año ha estado apoyada por la holgura en la economía, la reforma del sector telecomunicaciones, la dilución del efecto del aumento de impuestos, y un desempeño favorable de los precios de los productos agrícolas. En este entorno se observa un bajo traspaso del tipo de cambio a los precios de las mercancías que ha sido compensado por disminuciones en algunos precios de servicios asociados principalmente a las telecomunicaciones.

Estimamos que la inflación cerrará el año en torno a 2.4%  y para 2016 es previsible que la inflación comience a aumentar gradualmente a medida que mejoren las condiciones económicas y considerando que el tipo de cambio se mantendrá en niveles elevados. De esta manera estimamos una inflación promedio de 3.3% para 2016.

En relación a la política monetaria, la comunicación de Banxico apoya la idea de sincronización de su tasa objetivo con el proceso de aumento de la tasa de fondos federales en Estados Unidos pero la elevada holgura y la baja inflación sugieren que el ciclo de subidas de Banxico debería ser más lento que el de la Reserva Federal. Así, prevemos que Banxico ajuste al alza su tasa de referencia a 3.25% y 3.50% al cierre de 2015 y 2016, respectivamente, con un sesgo a un inicio más tardío de la primera subida monetaria si la Reserva Federal así lo hace.

A nivel global se observa una recuperación más débil y desigual en la economía. Por una parte, en Europa se intensifica la mejora, mientras que en Latinoamérica y Asia el crecimiento pierde fuerza. En Estado Unidos se espera que la desaceleración sea transitoria puesto que las mejoras en el empleo y la inflación baja apoyan el ingreso y consumo de los hogares, lo que compensaría la apreciación del dólar y el freno de la demanda externa.

Las perspectivas de crecimiento mundial son más bajas que el trimestre anterior. De acuerdo a nuestras estimaciones, el PIB mundial creció 3.4% en 2014, lo hará sólo un 3.2% en 2015, y el año que viene se recuperará hasta el 3.5%, apenas el promedio del último quinquenio. Por primera vez desde los años 80, en el período 2011-2015, se registró en promedio una desaceleración simultánea del PIB en economías desarrolladas y en el agregado de economías emergentes y en desarrollo.

El agotamiento del  modelo de crecimiento de China pesa sobre todo en la demanda externa de otros países emergentes, en particular de los exportadores de materias primas y de los más integrados en sus cadenas de producción. Las perspectivas de mejoría del PIB mundial más allá de 2016 han de apoyarse en un mayor crecimiento en las economías desarrolladas, a medida que se reduzca la excesiva deuda del sector privado, y que a su vez se podría acelerar con reformas estructurales que aumenten la productividad.

Acerca de Juan Carlos Machorro

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