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Perspectiva de sustentabilidad

Hemos apreciado en el discurso del Presidente Enrique Peña Nieto, una clara perspectiva de sustentabilidad. Hemos hecho referencia de ello. Su propósito: que México se encamine a los días por venir en una vía de desarrollo sustentable.

¿Qué es desarrollo sustentable? Dos conceptos: desarrollo y sustentabilidad.

Desarrollo, crecimiento económico con justa distribución de los bienes, del resultado del trabajo social, de la inversión. Desde los 80 se ha privilegiado la estabilidad macroeconómica. Fundamentalmente que la inflación no se dispare. No importa que el empleo y los salarios permanezcan deprimidos. Aunque la pobreza, más estructural que coyuntural, vaya en aumento. A despecho de que el bajo poder adquisitivo de la mayoría, los sujetos de pobreza, de pobreza extrema (miseria), las llamadas clases medias en decadencia, como bien expresan Roberto Michel Padilla, economista de reconocida calidad profesional; César Augusto Santiago, Carlos Flores Rico, Alberto Aguilar Iñárritu, legisladores que han sido; Enrique Esquivel, académico de la UNAM, entre otros, impida la formación de un mercado interno con posibilidades de un crecimiento sano, consistente.

Eso es un asunto. Lo otro es la sustentabilidad. La utilización de los recursos, de los bienes de la Naturaleza, de manera tal que no se agoten. Que alcancen para las generaciones futuras. Tierra, agua, aire, cuanto implican, están en riesgo. Su uso, explotación cabría decir, alcanza niveles que no permiten su reposición entre los renovables. De los no renovables ni qué decir.

De la tierra, la desertificación avanza incontenible. Del agua, sus fuentes se terminan, los costos de su recuperación no pueden ser pagados por la población empobrecida. El aire, cada vez más irrespirable; los gases de efecto invernadero conducen a un cambio Climático con consecuencias desapercibidas por el común de las personas. Bien advierte Malova, gobernador de Sinaloa, el calentamiento global ha ocasionado severos daños a su agricultura. Dice Enrique Sánchez Cruz, director de Senasica, las plagas que afectan a la producción agropecuaria y pesquera llegan a donde no existían.

A qué llegamos. A que los recursos de la tierra, del agua y del aire se transforman o desaparecen en forma que su uso, por las generaciones futuras, será de la mayor complejidad.

Tenemos el problema a la vista. No lo aprecia quien no quiere hacerlo. Si bien es responsabilidad de todos, el primero entre los responsables es el gobierno, obligado a ver por los mexicanos de ahora y de de mañana. El Presidente Enrique Peña Nieto tiene una clara visión del asunto. ¿Cuántos y quiénes de los gobernantes lo siguen? ¿Qué gobernadores, legisladores, presidentes municipales (ediles) jueces, están conscientes de sus deberes en materia ambiental? Si hablamos de sustentabilidad necesariamente nos referimos al medio, a la ecología.

No sólo es cuestión de nuestro país. Es del mundo. Por ello convenciones internacionales promovidas y encabezadas, fundamentalmente, por la ONU. Llámense protocolo de Río de Janeiro o de Kioto. Conferencia de las Partes (órgano supremo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático): COP 15, Copenhague, 2009; COP 16 Cancún, 2010. La inquietud es mundial.

Si el anuncio del proverbio chino: «el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo» pudiera no ocurrir, lo real es: si un árbol se derriba en el Amazonas se estará contribuyendo a disminuir capacidad de captura de bióxido de carbono, gas de efecto invernadero.

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