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Descubren molar de mamut en Gómez Palacio, Durango

En la zona urbana de la Ciudad de Gómez Palacio, Durango, -entidad ubicada en el noroeste de México- cerca del lecho seco del actual río Nazas, afluente que demarca la zona metropolitana de La Laguna, se descubrió el primer vestigio fósil de megafauna pleistocénica en la región: un molar que por sus características y tamaño se ha considerado de mamut y cuya antigüedad ha sido calculada entre 12,000 y 15,000 años.

El descubrimiento ocurrió por casualidad, durante la búsqueda de moluscos pleistocénicos que realizan investigadores de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Juárez del Estado de Durango, Campus Gómez Palacio (FCB-UJED), encabezados por el biólogo José Luis Estrada y el paleobiólogo Alexander Czaja, quienes al dar con el hallazgo avisaron al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), delegación Durango, para su respectivo registro y conservación.

El proceso de recuperación del molar ha sido supervisado por la arqueóloga Cindy Sandoval Mora, investigadora del INAH en Durango, quien actualmente acompaña a los paleontólogos de la UJED en los trámites para el registro de la pieza y en el protocolo de autorización de estudio y tratamiento de conservación.

Sandoval Mora explicó que en el estado de Durango, el INAH tiene registradas evidencias de fauna del Pleistoceno (aproximadamente 1.8 millones de años hasta hace 10,000 años): huesos de mamut, gonfoterio, bisonte, caballo o hippidion y camello en los municipios de San Juan del Río, San Pedro del Gallo, Coneto de Comonfort, Vicente Guerrero, General Simón Bolívar, Nuevo Ideal, Canatlán, Rodeo, en la ciudad de Durango —en el barrio de Analco— y en la comunidad de Navacoyan. Sin embargo, este es el primer reporte de evidencia paleontológica en la región de Gómez Palacio.

La arqueóloga explicó que cada vez es más frecuente este tipo de hallazgos, dado el aumento de obras de infraestructura que se desarrollan en las poblaciones y que dan la oportunidad de localizar vestigios fósiles. Respecto a este último, dijo que existe interés por parte de los paleobiólogos de la UJED de continuar con la investigación in situ, así como analizar la pieza y darle tratamiento de conservación para su posible exhibición junto con otras colecciones de la universidad.

hueso-mamut

El acercamiento entre el INAH y la UJED con motivo de este hallazgo, destacó, ha sido provechoso, porque se han establecido puentes y grupos de trabajo académico que pretenden conformar proyectos de investigación y protección del patrimonio paleontológico, incluida la labor de poner al día el registro de colecciones que aún no cuentan con las cédulas de reconocimiento recién establecidas por el INAH en el nuevo Sistema Único de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos, el cual pretende la organización y clasificación del vasto universo que conforma el patrimonio cultural del país.

De acuerdo con los investigadores Estrada y Czaja, el molar recién hallado proviene de gravas fluviátiles, es decir, estacionadas en corrientes de agua, a una profundidad de aproximadamente 10 metros, correspondientes, muy probablemente, a la época Pleistoceno Tardío, con una antigüedad estimada de entre 12,000 y 15,000 años. Aunque aún se espera la opinión de expertos en megafauna, presuponen que perteneció a una especie de mamut, dadas sus medidas y estructuras reconocidas a simple vista.

Es posible que la pieza dental sea de un ejemplar inmaduro o de talla relativamente menor. Aunque el molar aún mantiene sus características, su forma fue afectada debido al transporte en aguas de arrastre antes de quedar depositado donde se halló, advierten los investigadores. La arqueóloga del INAH refirió que debido al estado frágil del fósil, no es pertinente moverlo de las instalaciones de la UJED hasta realizar una conservación preventiva que permita la permanencia de sus características.

De acuerdo con los descubridores del molar, no sorprende que en la Comarca Lagunera ―actualmente caracterizada por la aridez del semidesierto― sea posible encontrar este material, porque en el pasado tuvo grandes praderas que fueron excelente hábitat para los “gigantes” del Pleistoceno.

Incluso en periodos muy húmedos, el área de la Comarca Lagunera llegó a conformar el más grande lago poco profundo de México (200 kilómetros aproximadamente de extensión). Durante las épocas menos húmedas, el entorno era similar al de los grandes llanos que actualmente dividen la Sierra Madre Occidental y el desierto chihuahuense por la parte central del extenso Durango, la cuarta entidad más grande del país.

Acerca de Ana Herrera

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