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Agua del sureste al Valle de México

En el futuro, “traeremos agua del surtes al centro y norte del país”, previó Felipe Arreguín, subdirector técnico de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Dijo que específicamente se traería de los caudalosos ríos Grijalva y Usumacinta, que atraviesan Tabasco y desembocan en el Gofo de México. Ahí se desperdicia una gran cantidad del vital líquido que hace mucha falta en otras partes de México.

Arreguín recomendó no olvidar que México podría estar desierto, pero, gracias a los huracanes, “tenemos agua; tampoco olvidar que las sequías son cíclicas y recurrentes, por lo que, sin lugar a dudas, nos volverán a pegar”, dijo.

Explicó que la actual sequía no es atípica. Basta con revisar la historia para saber. Así, tenemos que los pueblos mayas desaparecieron por sequía; Teotihuacán, igual durante la Colonia se tuvo una memorable que dejó 300 mil muertos.

Además, cuando vino la caída de Porfirio Díaz, hubo una sequía que duró 8 años y en el siglo pasado se registraron dos o tres épocas de sequía.

Los caudales del Grijalva tendrán que llegar hasta el centro y norte del país para saciar la sed de la población y aprovecharlos para otros usos industriales.

La actual, que le pega a México desde octubre de 2010, afecta esencialmente a la gente pobre, es decir, campesinos y ganaderos que no están cerca de presas o ríos y a población que vive en pequeñas comunidades.

 

Los que cultivan en Distritos de Riego no tienen problema alguno. Por lo tanto, está garantizado el próximo ciclo agrícola. Los habitantes de ciudades medias y grandes tampoco tienen problemas, porque se les suministra el recurso.

Sabido es que, por su ubicación, a México se le evapora, al menos, 4 veces más agua que la que recibe por lluvias durante el año, por lo que gran parte del territorio nacional es árido.

Explicó que del centro hacia el norte habita 70 por ciento de la población que, a pesar de que sólo tiene el 23 por ciento del agua del país, produce el 80 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. Entonces, dijo, va a ser necesario llevarle agua del sureste.

Agregó que aunque algunos se lo toman a mal, el país depende mucho de los huracanes para tener agua. Apuntó, al respecto: se acuerda de Alex, el huracán que causó tantos daños en Nuevo León y, en especial, en Monterrey; pues gracias a él, muchas presas aún tienen agua.

No sabemos cuándo acabará la sequía, pero sí que nos volverá a pegar, por lo que se llevan a cabo medidas de efecto inmediato para encarar este fenómeno, como la rehabilitación y ampliación de la infraestructura hídrica.

Para comenzar, se están perforando 331 nuevos pozos y se rehabilitan 80 más; se construyen 74 nuevas galerías filtrantes y se rehabilitan 612. Estas son algo parecido a pozos y zanjas. Se levantan muy cerca de los ríos y es muy probable que ahí se encuentre agua.

Asimismo, se da empleo temporal, se llevan potabilizadoras, agua en pipas y comida a la gente afectada por la sequía en mil 64 municipios, por lo que se podría
decir que, en total, son 25 los estados que sufren los efectos de la falta de lluvia y escasez de agua.

En pozos y galerías de filtración se invierten 926 millones de pesos y en revestimiento de canales de riego, primarios y secundarios, 701 millones de pesos. Por el momento, lo principal es que la gente tenga agua para beber, alimentos y trabajo; no precisamente para regar, porque ésa es muy cara.

Los trabajos a mediano plazo consisten en administrar la poco agua que se tiene en presas y acuíferos; además, se impulsan programas de cuencas y ciudades para enfrentar la sequía, por lo que se les recomienda que se arreglen fugas y no se desperdicie el vital líquido.

En este momento, la situación es crítica porque en nuestro sistema de presas se tienen 13 muy llenas, entre 100 y 150 por ciento; 38, entre el 88 y 100 por ciento, y 36, entre 60 y 80 por ciento.

Destacó que en algunos estados, como Aguascalientes, únicamente tienen en sus presas 14 por ciento de su capacidad; Zacatecas, 19; San Luis Potosí, 41; Nuevo León, 84; Jalisco, 50; Guanajuato, 54, y Durango, 55 por ciento.

Actualmente, México le debe a Estados Unidos 200 millones de metros cúbicos de agua, por el Tratado Internacional de Aguas, pero lo bueno es que tenemos hasta tres años para pagársela, dijo.

Por lo que toca a la Ciudad de México, explicó que para que no sufra sequía, le surten agua desde Michoacán y el Estado de México, por lo que no se vale que se pierda casi la mitad en fugas y otros desperdicios como riego de jardines y lavado de autos, entre otros usos excesivos.

Si a esta zona no le lloviera, el agua que tienen las 7 presas del Sistema Cutzamala sólo alcanzaría para dotar del líquido a la Ciudad de México durante los próximos 10 meses, y se acabó, comentó Arreguín.

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