En Ambiente

Urgente abandonar el modelo de producción agroindustrial y transitar a la agroecología: CCMSS

Cambiar el actual modelo de producción agropecuaria, en el que se emplean gigantescas extensiones de tierra con un elevado uso de agua, fertilizantes químicos y plaguicidas, permitiría ahorrar millones de pesos a los productores e instituciones de gobierno, así como reducir considerablemente las afectaciones ambientales que estas prácticas de producción generan, consideró el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible.

En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, el CCMSS propone a la nueva administración dejar de financiar la compra de insumos agroquímicos y destinar esos recursos a cambiar el modelo de producción agropecuaria y transitar hacia la agroecología. En este proceso, es muy importante también fortalecer la regulación y vigilancia del uso de estos agroquímicos.

Mediante la incorporación de prácticas agroecológicas y el conocimiento tradicional de las comunidades locales y pueblos indígenas de nuestro país, acumulado durante  siglos, se puede reducir el consumo de estos agroquímicos, ya que con el manejo combinado de cultivos y el uso de soluciones orgánicas se puede lograr un control eficaz de plagas, la fertilización necesaria del suelo y los cultivos y la producción de alimentos de calidad para alimentar a las y los mexicanos.

Las prácticas de producción agropecuaria industrial y el uso indiscriminado de fertilizantes han propiciado severos problemas de contaminación y eutroficación de los cuerpos de agua que alteran las funciones de los ecosistemas. Asimismo, provocan la perdida de suelos, que van a parar en las partes bajas de las cuencas hidrográficas.

La Comisión Nacional del Agua gasta cada año cientos de millones de pesos en compuestos químicos y procesos de desazolve para potabilizar el agua. En vez de invertir esas enormes cantidades de dinero en esas actividades de remediación, se podrían invertir en el fortalecimiento de las iniciativas productivas de los campesinos de pequeña escala, para que incorporen mejores prácticas agroecológicas, realicen actividades de retención de suelo e infiltración de agua para la recarga de los mantos acuíferos, produzcan alimentos sanos y mejoren sus condiciones de vida.

A pesar de las reiteradas demandas para endurecer la regulación sobre el uso de agroquímicos, muchos de ellos altamente tóxicos, las autoridades han sido omisas, de tal manera que en México se comercializan diversas formulaciones químicas prohibidas en otros países. El mercado nacional de agroquímicos asciende a más de 15,638 millones de pesos, de acuerdo con un reporte de la Comisión Federal de Competencia Económica, y está controlado por unas pocas empresas transnacionales.

“La mejor forma de conmemorar el Día mundial del medio ambiente es transformar el modelo de producción de nuestros alimentos. Transitar a una producción agroecológica e impulsar el manejo sustentable de los territorios por parte de las comunidades que los habitan no sólo generará oportunidades de desarrollo para las economías locales, sino que además mejorará la calidad del aire que respiramos, la calidad de los alimentos que consumimos, aumentará la provisión de agua, reducirá las emisiones de los gases que están provocando el cambio climático, revertirá la degradación del suelo, reducirá las amenazas que hoy enfrentan los polinizadores y asegurará que las futuras generaciones también tendrán un patrimonio natural para su uso y disfrute”, afirmó Sergio Madrid, director del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible.

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