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Fin a la olimpiada y la locura por el oro en fútbol

Volvemos a nuestra realidad, a la vida cotidiana, luego de finalizar el pasado domingo los Juegos Olímpicos de Londres que dejaron un grato sabor de boca a los aficionados al futbol de México por la conquista de una medalla de oro por nuestra Selección Sub 23.

Pero no sólo llenó de alegría y satisfacción a los fanáticos al deporte de las patadas, sino que también al grueso de nuestra población que festejó con euforia ese logro en todo el país: se desbordó la gente en la columna de la Independencia de la Ciudad de México, en la glorieta La Minerva de Guadalajara, en la Macro Plaza de Monterrey y en más centros de reunión de varias ciudades del país.

El Presidente Felipe Calderón se contagió de ese entusiasmo y recibió en Los Pinos a los triunfadores para felicitarlos junto con los otros medallistas mexicanos: clavadistas, arqueras y taekwondo. Este grupo también fue homenajeado en el estadio Azteca antes del partido internacional México- Estados Unidos, que por cierto perdieron los de casa 1-0.
La victoria del tricolor tuvo un significado especial especial porque fue nada menos que ante Brasil por 2 goles a l, un rival poderoso, el gran favorito para llevarse la presea dorada, pero se topó ante un equipo que fue superior.
Hay que reconocer el trabajo que desarrolló Luis Fernando Tena con su escuadra, bien plantado en la defensiva, con mucho orden y toque de balón, acompañamiento en las jugadas y punzante en el ataque. Fue como sorprendieron a los amazónicos, un once plagado de estrellas que militan en su mayoría en clubes europeos. Menospreciaron al “modesto” conjunto mexicano. Antes del encuentro daban por descontado el triunfo y no les interesaba la medalla de plata. Les dolió la derrota en lo más profundo porque se sienten los amos del futbol mundial.

Oribe Peralta el popular “Cepillo” del Santos de Torreón, los despertó de sus sueños guajiros con sus dos goles, el primero casi arrancando el juego a los escasos 30 segundos y el otro en la segunda parte de certero testarazo.

Este equipo terminó con el “ya mérito” de nuestras selecciones y hay que reconocer que ha logrado el mejor papel a lo largo de la historia del futbol. Tena y sus muchachos llegaron a Londres precedidos de una serie de éxitos: fueron campeones del Torneo de Esperanzas de Toulòn, Francia, y antes se coronaron en los Juegos Panamericanos de Guadalajara. Para la Olimpiada se incorporaron tres mayores de 23 años: el portero José de Jesús Corona, Salcido y Oribe Peralta, que fueron fundamentales en el desempeño del equipo, lo mismo que Giovani Dos Santos, Marco Fabián, Enriquez, pero todos estuvieron a gran altura.
El balance de resultados de la delegación mexicana fue satisfactorio: se ganaron siete medallas, en las que sobresalieron los clavadistas con dos de plata y una de bronce; las arqueras en tiro con arco, una de plata y una de bronce. El único oro fue del futbol que no figura en el programa de alto rendimiento de la CONADE.

A nadie le debe extrañar que el rey de estos Juego Olímpicos fue Usain Bolt el veloz corredor jamaiquino, ganador de tres medallas de oro en los 100 y 200 metros planos y en los relevos. Además, es el primer atleta que gana los 100 y 200 metros en dos olimpiadas seguidas. La otra gran figura fue el nadador Michael Phelps, que estableció marca de medallas ganadas en la historia de las olimpiadas. Estados Unidos fue el máximo ganador de medallas, seguido de China. La próxima cita en Río de Janeiro.

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