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El viaje entre la conservación, la ciencia y la diversión en el Zoológico de San Diego

El sol que acompaña el final de invierno y que calienta suavemente en vísperas de una cálida primavera, invitan a recorrer cubiertos de la cabeza en los pasillos y jardines del zoológico de San Diego, Estados Unidos, que cuenta con diversos paseos tipo safari, para que personas de todas las razas y lugares del mundo puedan apreciar a miles de animales en cautiverio que en algunos casos están en peligro de extinción y que hace que sitios de este tipo tengan que ampliar sus abanicos de confort a estos huéspedes que en algunos casos gustan mucho de la presencia del hombre que les alimenta de forma directa.

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Ello nos lleva a preguntar cuál es el papel que deben desempeñar los zoológicos modernos, que tuvieron a sus abuelitos en la Casa Imperial de Fieras establecida en Viena en 1752 e inaugurada al público en 1765, calificado como el primer zoológico del mundo moderno.

Mientras que en esta nación, Central Park de Nueva York en 1864 recibió a sus primeros huéspedes inaugurando a estos silos de la conservación en esta parte del continente y que en principio sólo tenían la función de tener animales en exhibición, pero que a medida que se fue tomando conciencia de que estos espacios además eran importantes también como áreas de conservación, de educación y de investigación científica hizo que surgieran sitios como el zoológico de San Diego.

Que maneja diversos proyectos de investigación como es el caso del Cóndor de California, especie que desde mediados del siglo pasado ha estado clasificado como extinto en la naturaleza, hasta hace unos años que se liberó en la sierra de San Pedro Mártir, unos ejemplares monitoreados vía satélite.

Este lugar, ubicado en San Diego, California, fue creado en 1915 y cuenta con unos 4,000 ejemplares de más de 800 especies distintas, además de que es uno de los pocos zoo que posee un Panda gigante y e mantener convenios de trabajo con diversas dependencias de conservación en México como es el INECC, Conanp, entre otros sectores.

Un pequeño camión tipo safari sale de la estancia del zoológico, unos 12 a 15 pasajeros, que escuchan atentamente a los guías quienes les van explicando las características de los animales, el porqué de los cuernitos de las jirafas que diferencia a los machos de las hembras, su gusto por las hojas y como su primera reacción es no morderlas sino jalarlas con sus lenguas y que en ocasiones al ser brindadas por los visitantes no falta alguien que es besado por estos nobles animales que llegan alcanzar los cuatro metros de altura y más de 20 años de edad.

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