En Ambiente

Desarrollan biopelículas para recubrimiento de mango

Especialistas del Laboratorio de Alimentos de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) desarrollaron tres biopelículas como recubrimiento natural que tienen por objetivo alargar la vida de anaquel del mango niño. Dichos tratamientos están elaborados a base de plátano, guanábana y el propio mango niño, tres de los frutos más abundantes en la región nayarita.

El trabajo de investigación está a cargo del doctor en Ciencias, Rosendo Balois Morales, del maestro en Ciencias, Yolotzin Apatzingan Palomino Hermosillo y la estudiante de maestría, becaria del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Sara Elena Hernández Guerrero, quien aseguró que «dando este tratamiento de recubrimiento se le da un valor agregado (al fruto); la película biopolimérica es un almidón que se hidroliza y se extrae de diferentes frutos del plátano, mango niño y de la pulpa de la guanábana. El objetivo es ver cuántos son sus días de almacenamiento para valorar su exportación nacional e internacional».

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Regionalmente se le conoce como mango niño a los frutos pequeños de la variedad ataulfo, el motivo por el que no alcanzaron su desarrollo fisiológico se debe a las condiciones climatológicas que afectan los árboles, específicamente cuando estos se exponen a bajas temperaturas durante el periodo de floración. Este hecho interfiere directamente con la fertilización y el desarrollo en la etapa temprana del producto.

El mango niño es dulce, con cutícula muy delgada y semilla pequeña, que por su tamaño aparentemente carece de valor comercial para el mercado, afirmó Balois Morales, quien añadió que esta condición técnicamente se denomina estenospermocarpia.

Cabe mencionar que el estado de Nayarit, ubicado al occidente del país, ocupa el segundo lugar a nivel nacional en producción de mango, tal es su importancia que gracias a los trabajos que se generan por actividades de mantenimiento de huertos, cosecha y empaque, cerca de un millón de personas tienen empleo, principalmente en las comunidades rurales de las tres zonas productoras de mango, las que se caracterizan por tener familias que esperan la temporada de producción para mejorar sus ingresos económicos.

De acuerdo con la publicación Diagnóstico del cultivo del mango en Nayarit del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), estas tres zonas productoras son las siguientes: en el norte del estado los municipios productores son Acaponeta, Tecuala, Rosamorada y Ruiz; en el centro: San Blas, Tepic y Santiago; y en el sur: Compostela y Bahía de Banderas; con una superficie total de 20 mil 841 hectáreas y una producción de 233 mil 904 toneladas.

De forma específica el mango ataulfo se comercializa con el precio más alto en comparación de las otras variedades del cultivar, gracias a la gran aceptación que tiene en el mercado nacional e internacional por su consumo en fresco. Pero esta variedad, explicó Balois Morales, tiene una alta incidencia de los frutos que no se desarrollan, es decir de mango niño, y es ahí donde radica la importancia de encontrar la forma en que este incremente su valor comercial, disminuyendo las pérdidas durante la etapa de poscosecha y mejorando su presentación, aseguró.

De acuerdo con el investigador, en las parcelas, principalmente del municipio costero de San Blas, se pierde 80 o 90 por ciento de la producción del mango niño ya que el productor prefiere no recolectarlo porque en el mercado local la variedad no es atractiva para los consumidores. Por ello, afirmó, que otra meta del proyecto es cambiar el concepto que los dueños de los cultivos tienen del mango niño.

«Hay mucho fruto niño que se queda tirado en las huertas, pues al productor no le importa, para él es desecho; nosotros lo que queremos es que el productor lo vea como una oportunidad de mercado, incluso en algunos países como Venezuela y China, ya lo están haciendo y el mango es muy costoso. Por eso le estamos aplicando un recubrimiento natural, no hay ningún químico en ello», añadió.

Tras meses de investigación y pruebas en el laboratorio con mangos niño de diferentes zonas del estado, los especialistas encontraron que el recubrimiento aplicado por inmersión no solo extiende la vida útil del fruto hasta por quince días, además aumenta su dulzura y le da una mejor apariencia; lo que haría posible su exportación al extranjero.

«Lo que crea es una barrera para que el intercambio de gases no sea tan acelerado, el metabolismo es más lento y eso consigue que el fruto tenga más días de anaquel. Queremos alargar esa vida de anaquel pero también darle una mejor presentación, al lavarlo y aplicarle el recubrimiento. En cuanto a azúcares, está hasta 28 grados Brix, así que es muy dulce y sí notas la diferencia cuando comes un mango niño a uno normal», afirmó Balois Morales.

Al experimentar con las tres diferentes biopelículas, de plátano, guanábana y mango niño, se determinó que los recubrimientos naturales extraídos del mango ataulfo tienen mejor resultado en cuanto al manejo poscosecha y vida de anaquel; pero si a protección contra patógenos se refiere, son los recubrimientos elaborados de guanábana los que obtuvieron los efectos esperados.

Por último, el doctor Rosendo Balois Morales afirmó que utilizar frutos que abundan en la región para desarrollar las biopelículas es parte del objetivo que se plantearon y que consiste en brindar un valor agregado a los cultivos que año con año tienen grandes pérdidas; si esta aplicación se lleva al mercado, aseguró, será mayor el número de productores beneficiados y disminuirán las mermas en las cosechas.

México ocupa el primer lugar a nivel mundial en exportación de mango y el segundo lugar en producción del mismo; este fruto es uno de los más importantes en la fruticultura mundial, cultivado en alrededor de 90 países con una producción anual de aproximadamente 23 millones de toneladas.

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