Cultura

Movimiento estudiantil del 68, mostró el orgullo de ser politécnico

​La mejor forma de honrar la memoria, valorar el sacrificio y la lucha de quienes en 1968 demostraron que hay más de un futuro posible, es ratificar el compromiso del Instituto Politécnico Nacional (IPN) por continuar, sin pausa ni tregua, el servicio a México mediante un proyecto educativo a la altura de sus necesidades, aseguró su Director General, Mario Alberto Rodríguez Casas.

Al participar con la representación de la comunidad politécnica en la sesión solemne con motivo del 50 aniversario del Movimiento Estudiantil de 1968, Rodríguez Casas sentenció que el IPN “tenemos un rumbo claro y sabemos cómo hacerlo. Somos una comunidad madura, con capacidad crítica y apertura al diálogo, responsable e interesada en la vida pública, y en los destinos de nuestro país”.

Ante el Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, y del Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, el Director General del IPN destacó que a las instituciones educativas públicas corresponde trabajar con mayor ahínco para brindar a nuestros jóvenes espacios educativos, de investigación y vinculación de alta calidad y excelencia académica.

En la conmemoración en la que se develó en el Muro de Honor la inscripción en letras de oro “Al Movimiento Estudiantil de 1968”, señaló que a ellos, les debemos toda una vida de trabajo y lucha, porque con su sacrificio mostraron también el orgullo de ser politécnicos.

En el Pleno del Salón de Sesiones y en presencia de los exdirectores generales del IPN, Raúl Talán Ramírez, Oscar Joffre Velázquez, José Gerstl Valenzuela y Héctor Mayagoitia Domínguez, Rodríguez Casas enfatizó que el Politécnico se actualiza y trabaja en un modelo educativo acorde a los desafíos científicos y tecnológicos de la sociedad del conocimiento y de la Cuarta Revolución Industrial, e irá de la mano con el Estado mexicano para mantener su liderazgo en la educación e investigación tecnológica que México requiere.

Una formación para la vida, agregó, sobre la sólida base del conocimiento científico y tecnológico, el deporte, el arte y la cultura, en escenarios turbulentos y poco predecibles, es la mejor forma de potenciar el desarrollo nacional.

Para el Instituto el reto de la Cuarta Revolución Industrial, o Industria 4.0, requiere de estrategias que nos permitan formar Talento 4.0, a través de una educación acorde a los requerimientos, planificada, administrada y reproducible, es decir, una estrategia que garantice resultados en el corto plazo con una visión de largo aliento, argumentó.

Subrayó que la habilidad para crear, adaptar y adoptar nuevas tecnologías, es hoy por hoy un elemento estratégico para incidir en los mercados, incrementar la competitividad, fomentar la innovación y asegurar el crecimiento económico junto con nuestra inserción en la economía mundial.

Al destacar la relevancia del Movimiento Estudiantil de 1968, manifestó que la lección que le dejó a México, continúa haciendo eco en la memoria y en la conciencia de todos nosotros. Mucho ha cambiado el país, y también mucho hemos cambiado nosotros desde entonces.

Mencionó que cincuenta años después somos testigos de la evolución de la vida política de nuestra nación. Tenemos diversidad política, alternancia, instituciones ciudadanas, libertades que no soñábamos, tolerancia y respeto por los que piensan diferente.

En este recinto tan significativo, dijo, estamos honrando un movimiento estudiantil que se reprimió, y del que hoy, con total apertura, queremos rescatar su herencia.

El Director General del IPN arengó: ¡Para los caídos y participantes en el movimiento estudiantil de 1968, gratitud, honor y gloria!

Para las generaciones actuales y futuras, nuestro absoluto compromiso, solidaridad y amor por México poniendo siempre, pero siempre “La Técnica al Servicio de la Patria”, concluyó

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