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TEO, esperanza para el Valle de México

El pasado 16 de abril, una fisura en el Túnel del Río de la Compañía ocasionó que miles de habitantes de la zona oriente del Valle de México perdieran gran parte de sus pertenencias, a causa de la inundación de aguas negras en la región.

Esta vez, el problema fue en el kilómetro 27.5 de la autopista México-Puebla, a la altura de la colonia San Isidro, en Valle de Chalco. Las causas fueron las intensas lluvias que se abatieron sobre la zona, las cuales alcanzaron 62.5 milímetros, cantidad superior al promedio regional que es de 22.2 y muy cercanas al máximo histórico para este mes, que es de 63.4 mm, según los reportes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Año con año pasa lo mismo. Desde hace décadas. La solución a este problema no es fácil porque se combinan otros factores, pero el intento por finiquitar estas desgracias está en camino.

Se trata del Túnel Emisor Oriente (TEO), obra colosal y única en el mundo, que busca desalojar las aguas negras y pluviales que se registran en esta región. Forma parte del Programa de Sustentabilidad Hídrica de la Cuenca del Valle de México, plan multisecretarial que encabeza la Conagua.

Esta ambiciosa obra, cuya construcción inició el 13 de septiembre de 2008, espera estar lista para septiembre de 2012. Su construcción será una solución en materia de drenaje que funcionará en temporada de lluvia de manera simultánea con el Emisor Central y durante el estiaje operará, en forma alterna, para facilitar su mantenimiento.

Es un compromiso de largo plazo con el Medio Ambiente, al no sobreexplotar los mantos acuíferos y disminuir el hundimiento de la zona metropolitana, dijeron ingenieros que la construyen a más de 80 metros de profundidad bajo el suelo metropolitano del Valle de México.

Para constatar esta obra de ingeniería sin parangón en algún otro país, Mi Ambiente recorrió la construcción y comprobó los avances que registra, a la fecha.

“Es una obra que no se ve, que la ciudadanía no contempla, porque se construye debajo de la tierra. Por eso fue que en sexenios pasados no la realizaron, porque para efectos políticos no les funcionó, pero para las necesidades que actualmente viven miles de familias que cada año son afectadas, el TEO es lo equivalente a su tranquilidad para conservar sus vidas y su patrimonio”, comentaron los constructores.

En esta obra participan, además de la Conagua, las Secretarías de Medio Ambiente (Semarnat), Hacienda (SHCP), que contabilizará el dinero, y de la Función Pública (SFP), que supervisará que no exista ninguna irregularidad. También se cuenta con la colaboración del Gobierno del Distrito Federal y de los Estado de México e Hidalgo.

El monto de la inversión es de 14 mil 538 millones de pesos, aportados por el gobierno federal y el Fideicomiso 1928, creado ex profeso para apoyar el Proyecto de Saneamiento del Valle de México.

INICIO DEL TUNEL

El TEO lo construye Comisa, consorcio de empresas entre las que están ICA, Cotrisa, Carso, Cicsa y Estrella, y en su desarrollo laboran 12 mil personas, bajo la supervisión de la Conagua.

La obra utilizan seis máquinas, tres de las cuales, de origen alemán, ya funcionan; las restantes, de Estados Unidos, lo harán pronto. El costo total ascendió a unos 2 mil 250 millones de pesos. Los ingenieros fueron capacitados por la compañía Herrenknecht, de Alemania.

El túnel tendrá una longitud aproximada de 62 kilómetros, siete metros de diámetro y una capacidad de desalojo de hasta 150 metros cúbicos de aguas residuales por segundo; estará compuesto por 24 lumbreras (respiraderos que sirven para darle mantenimiento e ingresar los equipos de excavación), con una profundidad que va de 26 hasta 150 metros. La construcción se dividió en seis frentes, los cuales miden aproximadamente 10 kilómetros cada uno. La lumbreras de ensamble son la 0, 5, 10, 13, 17 y 20.

El TEO iniciará en la segunda lumbrera del túnel interceptor del Río de los Remedios y terminará en el municipio de Atotonilco, Hidalgo, cercano al portal de salida del Túnel Emisor Central. Serán varios los municipios mexiquenses y de Hidalgo por donde atravesará el túnel.

La construcción es complicada, debido a los niveles de profundidad y tipos de suelos, que van desde arcillas blandas y plásticas y limos arenosos hasta tobas volcánicas más densas (tierra que después se vierte a los bancos de tiro).

En entrevista con Enrique Arellano Ramírez, residente de las plantas de dovelas de la Conagua, dijo que el túnel, con longitud de 62 kilómetros, será revestido por anillos conformados por dovelas, fabricadas en tres plantas, ubicadas en Zumpango, Ecatepec y Huehuetoca. Cada una producirá 14 mil anillos con espesor, peso y longitud variables.

Roberto Correa, jefe de Proyecto de la Obra en el portal de salida del TEO, ubicado en Atotonilco, Hidalgo, manifestó que actualmente tiene un avance de 1,458 metros lineales con un total de 972 anillos, donde laboran 100 trabajadores, quienes colocan diariamente de 14 a 18 anillos.

Este portal de salida se unirá con una estructura al Emisor Central y conducirán las aguas negras a la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Atotonilco (PTAR Atotonilco), obra que también realiza la Conagua, y que en días pasados recibió el galardón Global Water Awards, en la modalidad de Water Deal of the Year, en Berlín, Alemania, que tratará el 100 por ciento de las aguas residuales del Valle de México, al promover su reúso agrícola, eliminará contaminantes, facilitará la tecnificación de los sistemas de riego y la producción de cultivos de mayor valor agregado, en lugar de utilizar aguas negras, y promoverá su intercambio por agua de primer uso.

BENEFICIOS DEL TEO

Serán alrededor de 20 millones de personas las beneficiadas por esta obra. En especial, del Oriente del Valle de México, al disminuir el riesgo de inundaciones e impulsar el desarrollo de empresas de ingeniería y de la construcción.

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