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La falta de donativos ponen en riesgo el tiempo de vida de las OSC en México: CEDEFU

 Durante la pandemia del coronavirus muchos sectores se han visto afectados por el estancamiento económico que vive el país y las OSC (Organizaciones de la Sociedad Civil) no son la excepción; sin embargo, sumado a ello, la falta de cultura de la donación en México incrementa el daño que las fundaciones padecen, pues por lo regular la sociedad prefiere donar en especie que en efectivo, limitando así los gastos de ejecución de dichos organismos.
“Es comprensible, sobre todo en México, que a la gente le cause desconfianza donar dinero en efectivo, ya que si donan en especie, por lo menos, tendrán la certeza de que si es comida va a ser usada para esos fines, igual si son libros o utensilios sanitarios y que no serán destinados a otras funciones. En cambio, si donan dinero tienen la incertidumbre del fin con el que va a ser utilizado porque no hay una cultura de la donación ni de la transparencia. Pese a ello, se debe tener la consciencia de que las fundaciones que brindan ayuda a sectores vulnerables también tienen gastos operativos que son imposible cubrirlos con donaciones en especie”, declaró Gonzalo Taddei, presidente de Central de Fundaciones (CEDEFU).
Si bien una Asociación Civil (AC) está regida por el Código Civil y no por el Mercantil porque no es un ente especulativo ni preponderante económico, los donantes deben saber que las OSC tienen un equipo de personas que dependen de esas aportaciones para seguir beneficiando a la población con sus servicios y que los recursos que donan también van encaminados a estudios de viabilidad, supervisión de proyectos, informes, investigación, fortalecimiento institucional, estancias de formación, pasantías, servicios prestados por personal experto, entre otros.
Es prudente aclarar que no existe un estándar para el porcentaje que deberían representar los gastos administrativos dentro del presupuesto general de una OSC, puesto que varía dependiendo la estructura y el alcance de operaciones, asimismo las funciones que realizan son determinantes para clarificar la circulación económica que debe haber dentro de ellas, pues pueden ser:
1. Financiadoras. Su actividad principal consiste en seleccionar a las organizaciones que van a recibir los fondos y transferírselos. Las organizaciones que se encuadran dentro de estos modelos suelen tener unos gastos administrativos muy bajos en proporción al dinero que envían a los proyectos o a sus socios.
2. Ejecutoras. En este caso la organización que recauda es la misma que ejecuta. Tienen un mayor control sobre los proyectos y mayor unidad de acción, y como contrapartida una estructura más pesada, es decir, mayores gastos generales con relación a la ayuda enviada.
3. Intermediarias. No solo aportan dinero sino también asistencia técnica. No ejecutan ellos mismos los proyectos sino que buscan socios locales en los que apoyarse. Su estructura y su nivel de gastos se encuentran en un punto intermedio entre la primera y la segunda categoría.
Acrecentar la cultura de la donación y de la transparencia en México es vital, sobre todo ahora que la pandemia nos ha mostrado que las sociedades tienen que dar un giro hacia una nueva conformación, en la que será vital tejer nuevas redes de cooperación y solidaridad, en la que las suma de esfuerzos por los sectores vulnerables ha sido clave para evitar la propagación entre adultos mayores, indigentes, niños de la calle y otros sectores que dependen del trabajo de estos organismos.
“Central de Fundaciones (CEDEFU) es el canal a través del cual unimos a los donantes, ya sea iniciativa privada, gobierno o sociedad con las fundaciones que requieran apoyo para la labor social que realicen. Por eso mismo, es importante sembrar cultura y confianza en los donantes para que logren ver el sistema operativo que, por ejemplo, nosotros manejamos, pues aunque es totalmente gratificante que la sociedad quiera unirse al proyecto mediante donaciones, si nos hacen llegar solo donaciones en especie, ¿cómo van a poder pagar las fundaciones y OSCs por los servicios que a diario ejecutan los elementos que conforman sus equipos de trabajo?”, concluyó Gonzalo Taddei.
México cuenta con al menos 42 mil OSC registradas en todo el territorio nacional, enfocadas en la asistencia social de grupos vulnerables, el desarrollo comunitario, el fomento de inclusión y cohesión social, protección civil, respeto a los Derechos Humanos, participación ciudadana, equidad de género, prevención de la violencia y la promoción de la cultura y la ciencia, por lo que es necesario contribuir a su fortalecimiento y sostenibilidad en pro de una sociedad con más posibilidades al cambio.

Acerca de Juan Carlos Machorro

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