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El músculo priista

Las elecciones del domingo 3 de este mes, celebradas en cuatros entidades federativas, mostraron la fortaleza del músculo político del PRI frente a sus opositores, cuya debilidad quedó de manifiesto en esta justa electoral.

Destaca, desde luego, el holgado triunfo obtenido en el Estado de México, cuyos sufragios se reconocen como el laboratorio de las presidenciales del año siguiente.

El mexiquense Eruviel Avila Villegas se alzó con una contundente victoria que dejó a sus oponentes, el aliancista Alejandro Encinas Rodríguez, y el panista Luis Felipe Bravo Mena, pasmados.

De tal asombro aún no despiertan. Sólo atinaron a responder con leves acusaciones y reparto de culpas al interior de sus respectivas organizaciones.

Los perredistas Jesús Ortega, exdirigente nacional, y Jesús Zambrano, líder actual, lo mismo que Guadalupe Acosta, candidato perdedor nayarita, culparon de todo a Andrés Manuel López Obrador, jefe del Movimiento Renovación Nacional (Morena), por oponerse a la estrategia político electoral de alianza PAN-PRD para enfrentar al PRI, como sucedió el año pasado en Oaxaca, Puebla y Sinaloa.

Dolores Padierna, la secretaria general perredista, rechazó tales acusaciones y reiteró la negativa de ir juntos en futuras elecciones. López Obrador se exculpó de tal derrota.

Los panistas sólo se sacaron la foto con su presidente nacional, Gustavo Madero, con quien cerraron filas, en medio de sonrisas forzadas fotogénicas y con un rictus de fracaso que no pudieron ocultar.

Pero el triunfo priista no sólo fue en el Estado de México. Con menor diferencia, pero, igualmente, inobjetables, se alzaron con la victoria en Coahuila y Nayarit.

Rubén Moreira, hermano del actual dirigente tricolor, Humberto, derrotó, con holgura, al compadre del Presidente Felipe Calderón, el panista Guillermo Anaya; los demás contendientes no contaron.

En Nayarit, Roberto Sandoval, del tricolor, dejó con un palmo en las narices a la blanquiazul, antes perredista, más antes panista y en el pasado priista Martha Elena García, cuyo templete de festejos fue desmontado en la primeras horas de la noche dominical, ante su fracaso electoral.

En Hidalgo, donde hubo elecciones municipales, el reparto fue más equitativo, pero aún en estas circunstancias, el PRI obtuvo valiosas victorias.

Así, las elecciones del domingo pasado despejaron el camino para los comicios presidenciales del 2012, con un Enrique Peña Nieto más sólido y perfilado, definitivamente, como el mejor contendiente del PRI a esa justa electoral, frente a opositores adormilados y divididos.

Participación ciudadana arriba de la expectativa

El Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) informó que fueron contados el 100 por ciento de los votos que se registraron en las pasadas elecciones del 3 de julio.

A partir del conteo de todas las casillas, se determinó un porcentaje final de participación ciudadana que supera a la expectativa del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP).

La participación de la ciudadanía en la entidad se elevó a 46.15 por ciento, frente al 43.43 por ciento previsto en el PREP. Según información, el 3 de julio votaron 4 millones 871 mil 275 ciudadanos.

El conteo terminó a las 20:27 horas y el último distrito en computar fue Atizapán.

Eruviel Ávila, candidato de la coalición “Unidos por Ti”, obtuvo 3 millones 45 mil 555 sufragios, enseguida Alejandro Encinas y, en último lugar, el panista Luis Felipe Bravo Mena.

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