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La “Serpiente Emplumada” desciende en Dallas, E.U.

Luego de ser recorrida por más de 70 mil visitantes en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles, la exposición Los hijos de la serpiente emplumada: El legado de Quetzalcóatl en el México antiguo, se presenta en el Museo de Arte de Dallas, Estados Unidos, donde la leyenda de esta deidad mesoamericana continúa revelándose a través de 151 piezas arqueológicas.

La muestra describe a Quetzalcóatl como divinidad fundadora y benefactora, cuya veneración se extendió entre diversas civilizaciones prehispánicas, entre ellas la maya, tolteca, zapoteca, mixteca y nahua.

La propuesta museográfica, organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), exhibe objetos de más de 1,000 años de antigüedad, manufacturados en jade, turquesa, oro, hueso, concha, cerámica, perla, madera, papel, textil y basalto, que sirven como medio para explicar el culto a Quetzalcóatl, encarnación del antiguo espíritu de la fuerza del viento y la lluvia, que poseía atributos de serpiente y quetzal.

La historiadora Victoria Lyall, una de las curadoras de la muestra, junto con los investigadores Virginia Fields (1953-2011) y John Pohl, informó que dicho acervo procede de museos e instancias del INAH, así como de universidades y recintos de Estados Unidos y Reino Unido. Entre las piezas prehispánicas destacan seis utensilios de cerámica que son exhibidas por primera vez y que datan de entre 850 y 1250 d.C.

La exposición consta de cinco módulos temáticos, que versan sobre las diversas urbes prehispánicas devotas a Quetzalcóatl, como Tula, Chichén Itzá y Cholula; y sobre el desarrollo comercial, artístico, político y religioso de esas ciudades.

Según la leyenda, la ciudad tolteca de Tula (650-1200 d.C.) fue creada por el dios Quetzalcóatl,  bajo el nombre de Tollan; a la caída de esta urbe (1200 d.C.), las comunidades sureñas de México adoptaron a la Serpiente Emplumada como dios principal durante el periodo Posclásico (900-1521 d.C.).

Con relación a lo anterior, se exhibe la escultura de un atlante —que originalmente fue utilizado como soporte arquitectónico— de 86 centímetro de alto y 49 de ancho, y cerca de 300 kg, hallado en la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, Yucatán, cuya antigüedad corresponde de 850 a 1150 d.C. La pieza forma parte de las colecciones del Museo Nacional de Antropología.

De igual forma, el público estadunidense puede admirar un pectoral de concha tolteca y el fragmento de una columna en forma de serpiente emplumada (1.28 metros de alto y 88 cm de ancho), además de un recipiente de cerámica con las imágenes de la representación de Quetzalcóatl y del Árbol de la vida (19 cm de alto y 12 de ancho), pertenecientes al Museo Arqueológico de Tula “Jorge R. Acosta”, y descubiertas en el sitio prehispánico de Tula, Hidalgo; datan de 900 y 1200 d.C.

Los hijos de la serpiente emplumada… también narra la fundación de la ciudad de Cholula, en el hoy estado de Puebla, en honor al dios Quetzalcóatl, en 1200 d.C. —luego de la caída de Tula—, y hace referencia a la creación del estilo artístico y de manufactura conocido entre los especialistas como Estilo Internacional, que se originó a principios del siglo XIV.

La exposición Los hijos de la serpiente emplumada: El legado de Quetzalcóatl en el México antiguo, permanecerá en exhibición en el Museo de Arte de Dallas hasta noviembre próximo.

 

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