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TEATRO LLENO; SATISFACTORIO

Hace unos días, acudí al teatro Jiménez Rueda para presenciar El Principito y lo que más me maravilló, no fue precisamente la puesta en escena, toda vez que los actores aún carecen de calidad, sino los cientos de personas que hicieron cola para entrar al teatro. Obviamente, cientos de ellos se quedaron sin entrar por dos razones: La primera fue que más de medio teatro estaba ocupado por el público que asistió para presenciar la obra Ojos (o de cómo las letras se desintegran con el fuego) y decidieron quedarse para presenciar a El Principito y la segunda, es que el Teatro Julio Jiménez Rueda únicamente tiene capacidad para 450 personas. Cuando escribí de deportes, vi que si los empresarios presentan espectáculos de ínfima calidad, la agente no acudía; sin embargo, cuando organizaban espectáculos de calidad universal, el público mexicano no solamente pagaba lo que fuera, sino que se vestía con sus mejores garras. Ahora, cabe preguntar a la gente que dirige la cultura en el país y ciudad de México, qué es más importante ¿presentar espectáculos culturales que le gusten a ustedes o a una buena parte de la población? Bueno, hay que poner en relieve que Ojos y El Principito son dos de las 43 escenificaciones de que constó el XXIII Encuentro Nacional de los Amantes del Teatro (amateur).

PERIPLO CULTURAL ORIGEN DE LAS LETRAS.

Le llegó el turno a la S, cuyo origen es la escritura jeroglífica egipcia. La representaban como lotos emergiendo de un lago. Cuando los fenicios la hicieron suya, le dieron una forma parecida a la actual w y la llamaron samek. Con el paso del tiempo, cuando los griegos se hicieron cultos, se adueñaron del alfabeto fenicio y a la letra s la dieron el nombre de sigma, además, la giraron 90 grados a la izquierda, de tal suerte que se parecía al 3. Cuando los etruscos hacen suyo el abecedario griego, le dan un giro hacia a la derecha a la citada letra. Es así como comenzaba a tener una similitud con la s que conocemos. Al transcurrir el tiempo, el imperio  romano se roban al alfabeto de los etruscos, entonces, le dan la forma que conocemos.

MITOS Y REALIDADES.

Si a usted le atrae el terror, entonces puede asistir al Museo del Policía para presenciar las exposiciones del Vampirismo y Hombre Lobo, así como Asesinos en Serie. De 10 a 18 horas. Esta muestra, que incluye algunos de los más crueles vampiros mexicanos como Tlahuelpuchi y el Chupacabras. El término “vampiro” hace su ingreso en la historia en 1725 cuando en los registros de la parroquia de Berniz en Moravia. Por lo que toca al Hombre Lobo hay que señalar que de 1400 a 1700 Europa, en particular las regiones de Francia, Alemania fueron atormentadas por verdaderas epidemias de licantropismo. El licántropo es un ser humano que se trasforma en lobo. Uno de los casos más notables sucedió en Alemania a mediados del siglo XVI que tuvo como protagonistas a Peter Stubb, acusado de ser hechicero, un asesino y un hombre lobo.

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