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RECUERDAN A REVOLUCIONARIO ARTISTA

Por ser impulsor de la arquitectura funcional y orgánica, de espíritu rebelde, sarcástico, inquieto, progresista, revolucionario y crítico, se le considera “padre de la arquitectura moderna de México”. El es Juan O’Gorman quien fue recordado por el CONACULTA con motivo del aniversario 108 de su natalicio (6 de julio de 1905). También se le califica como uno de los creadores más representativos del arte en México del siglo XX, fue un artista completo: arquitecto, muralista y pintor de caballete. De 1921 y 1925 fueron años muy importantes para nuestro personaje para su formación dentro de su quehacer arquitectónico, en los que conjugó la enseñanza teórica y en la práctica profesional con Carlos Tarditi, José Villagrán García y Carlos Obregón, experiencias que le permitieron dominar el oficio. De alumno sobresaliente de Guillermo Zárraga y José Antonio Cuevas y tras su experiencia profesional, pasó a ser el primer arquitecto funcionalista de México. Entre 1928-1931 Juan O’Gorman construyó sus primeras casas-habitación con el concepto funcional, mismo que aplicaría en los años 1932-1934, en las escuelas primarias de la Secretaría de Educación Pública y que significaron una aportación reformadora en la concepción social de la arquitectura de la época. Debutó como arquitecto antes de cumplir los 25 años, en 1929, con una obra revolucionaria, su primera casa funcionalista construida en Palmas 81, frente al antiguo hotel San Ángel Inn; pequeña casa-estudio para un pintor. Mostró de manera palpable lo que era la arquitectura moderna, incorporando mayores transparencias y una comunicación entre el exterior e interior, así como pintura y guardapolvos en las paredes, tomados de la arquitectura popular. A los 27 años de edad, construyó la casa-estudio de Diego Rivera; la obra resultó de enorme importancia para él, pues con ella se dio a conocer en todo México. Otro título que se le da es el continuador del muralismo mexicano, entre ellos destaca lo realizado en la biblioteca pública “Gertrudis Bocanegra” en la ciudad de Pátzcuaro, Biblioteca Central de Ciudad Universitaria; los mosaicos de la SCOP, Cuauhtémoc en el Hotel Posada de la Misión en Taxco; Retablo de la Independencia, Museo Nacional de Historia; Hidalgo Libertador en el vestíbulo del Centro Indoamericano en Santiago, Chile; Crédito transforma a México en el Banco Internacional, Francisco I. Madero, sufragio efectivo no reelección y Feudalismo porfirista como antecedente de la Revolución de 1910-1914 en el Museo de Historia del Castillo de Chapultepec. Con estas y otras obras, Juan O’Gorman buscaba llegar por medio de imágenes y actores concretos al hombre común, no al intelectual sofisticado. Conjuntamente a su labor como muralista, concibe su obra de caballete, representando el paisaje de México, el retrato y aquellas obras denominadas “fantásticos-realistas” en donde utiliza el signo objetivo para representar una poética que emana de fuentes oníricas y fantásticas. Su producción pictórica refleja inquietudes sociales y nacionalistas. Fue el inventor de formas nuevas a través de creaciones arquitectónicas y, al mismo tiempo, el continuador del puntillismo.

Acerca de Luis Enrique Velasco Yépez

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