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Cantamisa

El neopresbítero y una de sus parientes.

Entre las loas que echaron al nuevo frayle Salvador Burgos León, destacan: La comunidad de Valle Dorado está contigo: Sé Cristo para nosotros. Luego, casi al final del cantamisa, el párroco de la iglesia puntualizó: has dejado de ser Chava, porque ahora, llevas a Cristo en tí. Ahí, también estuvo el rector de la Basílica de los Remiedios, Miguel Ángel Carmona, así como familiares, amigos y quienes conocen al nuevo cura; todos ellos, enchidos de orgullo por dos razones: La primera, que el 29 de julio pasado, Salvador se ordenó frayle y  segunda, el 7 de agosto oficio su primera misa, en la iglesia de su comunidad que lo vio crecer, la parroquia de la Inmaculada Concepción con capacidad para 700 personas, pero se calcula que asistieron más de mil, porque la abarrotaron.

Todos contagiados por la fe y la devoción, participaron en la solemne misa; estimulados por la música y coros, también cantaron; fue tan emocionante que la piel se erizaba. Desde el inicio, con el rito de la entrada y hasta el final, con el besamanos, el cantamisa fue apoteósico. Hay que señalar que Emilio, Raquel y Humberto, sobrino, prima y tío del frayle, fueron quienes le hicieron entrega de la ofrenda para  la eucaristía: Las hostias, vino y agua; Regina, sobrina, hizo la primera lectura; su hermano Edgar, la segunda. Escuchar el Padre Nuestro cantado por todos, definitivamente fue algo único. Después de todo, pedí al cura Salvador que nos diera una definición del cantamisa.

Hela aquí: La simple, quiere decir misa cantada y es el término que se utiliza para denominar a la primera misa solemne que un presbítero preside. Se recomienda celebrarlo en domingo, por el sentido de la resurrección de Cristo y como tradición, se realiza en el lugar de origen del neopresbítero o en el templo parroquial al cual perteneció. Generalmente debe ser cantado, cuando menos en la parte de los ritos iniciales de la misa, es decir, desde el saludo hasta el gloria e incluso la oración colecta y como particularidad de la ceremonia se ofrece por el sacerdote celebrante; en otras palabras, es la fiesta del neopresbítero, el cual ha consagrado su vida a Dios.

Otra de sus particularidades es la presencia de un predicador, ciertamente la homilía debe partir de la reflexión de la palabra de Dios, sin embargo como es la fiesta del joven sacerdote la homilía toma el tinte de una felicitación por su decisión del servicio a Dios y a los hombres recordando algunos de los momentos más significativos en su discernimiento vocacional. La celebración eucarística, en su forma, continúa ordinariamente, sin embargo, lo que la hace especial es el ambiente que la misma asamblea de los fieles pone en dicha ceremonia, ya que no sólo es una fiesta del recién ordenado, sino también para la iglesia y para la comunidad parroquial en donde se celebra el acontecimiento.

Acerca de Luis Enrique Velasco Yépez

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