Vida Sana

Respuesta integral de la ONU a la COVID-19

En el transcurso de 2020, la COVID-19 ha cobrado la vida de más 900.000 personas infectado a más de 27 millones. Este informe actualizado proporciona una descripción general de los datos, análisis, recomendaciones de políticas y apoyo concreto que la ONU ha puesto a disposición de los Estados y comunidades para hacer frente a los impactos de la COVID-19 en la salud, la socioeconomía, los asuntos humanitarios y de derechos humanos.
La actualización incluye nuevos datos sobre cómo el virus ha afectado a las economías y sociedades; así como resúmenes de los veinte informes de políticas que el Secretario General ha emitido con análisis de su impacto. En él se describen los pasos necesarios para salvar vidas, proteger a las sociedades y recuperarse mejor, sin dejar a nadie atrás y abordar las fragilidades y las brechas que nos hicieron tan vulnerables en primer lugar. Señala el camino para abordar las crisis futuras, sobre todo las del cambio climático, y superar las desigualdades sistémicas que han sido expuestas y exacerbadas por la pandemia.
Mensajes clave abordados en el informe:
• La pandemia es más que una crisis de salud, es una crisis humana que ha puesto al descubierto desigualdades graves y sistémicas. Ningún país se ha salvado. Ningún grupo de población ha quedado ileso. Nadie es inmune a sus impactos.
• La COVID-19 ha revolucionado la economía global y ha arrojado una sombra oscura sobre nuestro futuro. La economía mundial puede contraerse alrededor de un 5% este año. Hasta 100 millones de personas podrían volver a caer en la pobreza extrema. Los avances en materia de igualdad de género corren el riesgo de revertirse en décadas. Se prevé que el desarrollo humano global caerá por primera vez desde que comenzaron las mediciones en 1990.
• La ONU está buscando una respuesta basada en tres puntos: una respuesta de salud para salvar vidas; la adopción de políticas para salvaguardar vidas y los medios de subsistencia protegen a las sociedades; un proceso de recuperación que no deja a nadie atrás, lo que lleva a un mundo post-COVID más justo, resiliente y sostenible


• El sistema de la ONU se movilizó rápidamente y de manera integral. Lideró la respuesta sanitaria mundial, proporcionó asistencia humanitaria para ayudar a los grupos más vulnerables, estableció instrumentos para brindar respuestas rápidas al impacto socioeconómico y estableció una amplia agenda de políticas.
• El mundo todavía se encuentra en la fase aguda de la pandemia. Superarlo requiere un liderazgo político sostenido, niveles de financiación sin precedentes y una solidaridad extraordinaria entre los países y dentro de ellos.
• El mundo necesita el mayor esfuerzo en materia de salud pública en la historia de la humanidad.Necesitamos una vacuna, un diagnóstico y un tratamiento que sean para todas las personas, en todas partes. Una vacuna para la COVID-19 debe verse como un bien público mundial.
• No podemos posponer la acción climática porque el cambio climático no se ha detenido. Abordar el cambio climático y la COVID-19 de manera simultánea y a una escala suficiente requiere una respuesta más fuerte que cualquiera que se haya visto antes para salvaguardar vidas y medios de subsistencia.
• Debemos restablecer y fortalecer las estructuras para tener una cooperación global y así estar mejor preparados para la próxima crisis de este tipo.
• Es fundamental fortalecer la preparación, la gestión y la respuesta ante la pandemia. A menos que los países tomen medidas para frenar los contagios zoonóticos, las pandemias serán más comunes.

Acerca de Juan Carlos Machorro

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