Vida Sana

Podría México reducir en un 75% los casos de paludismo

A nivel global, México está en el grupo de países que puede disminuir hasta en 75% la cantidad de casos de paludismo, afirmó Malaquías López Cervantes, jefe de la Unidad de Proyectos Especiales de Investigación Sociomédica de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

Supedito ello a que “con las acciones emprendidas en las últimas décadas para su control y tratamiento somos de las naciones con una perspectiva real de eliminación de la también llamada malaria”.

Informó que en los años 60 se logró un avance, pero después se perdió y a mediados de los 80 hubo un repunte importante y se detectaron 150 mil casos por año. Entonces, se retomaron acciones como el rociado para combatir el mosco y esto fue muy efectivo, tanto que actualmente sólo se registran mil 124 reportes.

paludismo

Este padecimiento en el mundo tiene registros de hasta unos 219 millones de incidencias que derivan en 260 mil muertes anuales; de los cuales unos cuatro quintas partes de los enfermos son personas que viven en África y el 90% de los decesos se dan también en ese continente.

Mientras que en América se tienen casi un millón 100 mil casos y se dan alrededor de mil 100 fallecimientos al año. En donde México tiene una muy pequeña participación.

Cabe mencionar que el paludismo es un padecimiento transmisible, ocasionado por la picadura de un mosquito que inyecta un parásito capaz de infectar los glóbulos rojos, los cuales se depositan en órganos por donde circula la sangre, particularmente en el bazo y el hígado.

Existen varios subtipos de parásito que pueden causar paludismo. En México tenemos casi exclusivamente la variante Plasmodium vivax, una de las menos graves, aunque también ha llegado a presentarse la Plasmodium falciparum, más agresiva y letal.

En el país, la principal zona de riesgo está en la frontera con Guatemala y Belice, aunque hay otros focos: uno en Oaxaca (en el área entre Puerto Ángel y la sierra, ya bajo control), otro en la costa de Jalisco y uno más, hacia las costas de Sonora.

El investigador comentó que este mal es “difícil lograr la erradicación en virtud de que se trata de una afección que cruza fronteras. La disminución de casos depende de que al interior del país se logre un mejor control”.

Con los años se han tomado medidas para atacarla, pero casi siempre la principal es combatir al mosco, matarlo e impedir su reproducción. Eliminarlo mediante la fumigación es efectivo, pero si hay pocos y dispersos cuesta más trabajo. Como se trata de un insecto selvático que se reproduce en zonas de líquido estancado y en el campo, México desarrolló una estrategia que consiste en hacer rociados periódicos de bajas dosis en las aguas.

No obstante, la acción más importante es utilizar pabellones impregnados con insecticidas, de modo que si el mosquito se para en ellos muere, lo que disminuye el riesgo del contagio. López Cervantes afirmó que “el problema es que al disminuir su frecuencia la gente deja de hacer caso. Las enfermedades olvidadas o desatendidas sorprenden al crecer de repente y afectar a poblaciones grandes”.

Acerca de Juan Carlos Machorro

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