Sustentabilidad

Urbe y Campo

José Manuel López Castro
Luis E. Velasco Yépez

CAMPO Y DESARROLLO
Dos noticias sacudieron estos días al sector agropecuario. Una, las afirmaciones hechas durante el Foro Global de Expectativas Agroalimentarias que realizó el Sistema de Información Agropecuaria y Pesquera (SIAP); la otra, lo expuesto en el Foro VIII Internacional de CropLife Latin America, celebrado en Chile, bajo el nombre de “América Latina Alimentos para el mundo”. En ambos los participantes expusieron la importancia que tendrá América Latina en el futuro de la alimentación mundial, con enfoques similares. Tanto el SIAP como la CropLife le apuestan a la biotecnología. América Latina será una «región faro» para el resto del mundo en el ámbito de la biotecnología agrícola. Raúl Rivera, experto en innovación, sostuvo que «América Latina va a tener un importante rol en el siglo que justo ahora empezamos, gracias a su apuesta por la tecnología e innovación en el ámbito de la agricultura”. Agregó: “va a transformar la industria a nivel mundial en los próximos años». Es la reserva cultivable más grande del mundo y lleva varios años apostándole a la biotecnología, por lo que consideró que «podría convertirse en un modelo global de desarrollo sustentable y de calidad en 2050», cuando se calcula que en el Planeta habrán unos 9 mil millones de habitantes y la producción de alimentos deberá aumentar, pero siendo sostenibles. En tanto, Bram Govaerts, director del Programa Global de Agricultura de Conservación del Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y Trigo (Cimmyt), en el foro del SIAP, en el panel sobre el incremento de la producción a través de la biotecnología de cultivos no transgénicos, consideró que la clave está en reconectar la ciencia con el campo. Ahí, la biotecnología juega un papel importante. Aprovechemos la biodiversidad que tenemos en México para combinarla con la biotecnología y lograr mejoramientos óptimos. Sea cual sea de estas dos visiones la que gane en el futuro, la realidad es que América Latina le peleará con todo el liderazgo a Africa Subsahariana, región que también apunta a ser el granero del mundo para las décadas que vienen.

DAÑO IRREVERSIBLE EN 4 DE 9 SISTEMAS VITALES QUE DAN ESTABILIDAD DE LA TIERRA
El pasado 22 de abril se celebró el Día Internacional de la Tierra. La verdad sea dicha, no hay absolutamente nada que festejar porque, a excepción de que está lloviendo en los desiertos, lo demás son confirmaciones de los desperfectos causados por la humanidad sobre la faz del Planeta. De acuerdo con un reciente estudio realizado por un equipo internacional de 18 científicos, en la Tierra existen 9 puntos o sistemas vitales para regulan la capacidad de recuperación y mantener la estabilidad del Planeta y de los cuales, cuatro sufrieron cambios significativos e irreversibles. Los cuatro límites que ya se han sobrepasado son: Cambio Climático, pérdida de la integridad de la biosfera (concepto que cubre la pérdida de la biodiversidad y extinción de especies), cambio en los sistemas de tierra (deforestación, por ejemplo) y la alteración de los ciclos biogeoquímicos, en concreto el ciclo del fósforo-nitrógeno. Este último, relacionado con los fertilizantes, es crucial para la potabilidad del agua y la producción de alimentos y ya se encuentran en riesgo. El exceso de fertilizantes a base de fósforo tiene efectos desastrosos en las fuentes de agua, porque genera crecimiento repentino de algas que causan disminución o muerte de otros organismos y produce toxinas que son peligrosas para personas y animales. La toxina denominada microcistina ya infectó al 75 por ciento de los lagos de Canadá, por lo que con frecuencia tendrá situaciones temporales en que el agua no sea depurable o potable. Por lo que toca a los otros sistemas que aún no han sifo dañados de forma irreversible son: Agotamiento del ozono estratosférico, acidificación del océano, uso de agua dulce, acumulación de aerosoles en la atmósfera (partículas microscópicas que afectan al clima y los organismos vivos) e introducción de nuevos factores (por ejemplo, contaminantes orgánicos, materiales radioactivos, nanomateriales o micro-plásticos).

Además, la deforestación avanza inconmensurablemente, según denuncia el Observatorio Global de los Bosques que, de acuerdo a sus trabajos, el mundo pierde cada año una de cobertura forestal de 18 millones 585 mil hectáreas. Sobre México, habla muy bien, pues indica que solamente arrasa con 192,941 hectáreas arbóreas.

Por lo que toca a la desertificación de tierras de cultivos, según el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, actualmente existen 3 mil 600 millones de hectáreas desertificadas. Esta cifra crece cada año en 12’000,000 de hectáreas. Estima que la desertificación causa anualmente pérdidas de ingresos por valor de 42 000 millones de dólares que afecta a más de mil millones de personas de 100 países pobres y emergentes. La degradación de la tierra es causa y, a la vez, consecuencia de la pobreza rural. La desertificación causa pobreza y la pobreza causa más desertificación. La desertificación promueve el desplazamiento interno y migración internacional de las personas. Se prevé que para el 2050, el 50 por ciento de la tierra agrícola de América Latina estará sujeta a la desertificación.

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