Sustentabilidad

Últimos días de la exposición Piedra, Piel, Papel y Pixel en el Museo de Historia Natural y Cultura Ambiental

Capturar con belleza y notable realismo los detalles precisos que caracterizan a las especies de plantas y animales, es labor de los ilustradores científicos. A más de cinco meses de su exhibición Piedra, piel, papel y pixel – ilustración en la historia natural de México, cerrará el 31 de octubre en el Museo de Historia Natural y Cultura Ambiental (MHNCA), sitio que ha dado albergue a 59 ilustraciones que reflejan la historia natural del país.

Esta exposición se debe gracias a la colaboración de la Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal (Sedema) y de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), al respecto, al directora del MHNCA, María Guadalupe Fragoso García, comenta que “pocas exposiciones pueden conjuntar la belleza de la ilustración con el rigor y método de las ciencias naturales.”

Cabe mencionar que Piedra, piel, papel y pixel – ilustración en la historia natural de México, el arte, la técnica y el conocimiento de los ilustradores científicos, muestran a detalle diversos aspectos de la naturaleza del país, de sus ecosistemas y de sus especies de flora y fauna. La exposición presenta desde las milenarias impresiones en rocas y cavernas realizadas por los primeros grupos humanos que habitaron nuestro territorio, hasta las ilustraciones de hoy en día con el uso de tecnología digital.

En tan sólo una fracción de día, el público podrá disfrutar de: Piedra, la época prehistórica; Piel, la época prehispánica; Papel, la época colonial y postcolonial; y Pixel, la época contemporánea.

La exposición invita a gente de todas las edades. Respecto a la importancia del acercamiento del público infantil en particular, puntualizó que “muchas veces el primer contacto de un niño con la ciencia o con el arte, fuera del aula de clases, es a través de los museos.

En el caso de Piedra, piel, papel y pixel, los niños se acercaron a la ilustración científica, no solo como espectadores, sino como partícipes del proceso en sí. Esto, sin lugar a dudas, puede convertirse en el momento que dispare el largo camino profesional de un científico, un artista, o mejor: un ilustrador científico.”

En entrevistas realizadas al público asistente, los visitantes manifiestan su gusto e interés por la muestra. Piedra: impresiona a un joven por el hombre de las cavernas que lograba detallar a la naturaleza sobre este, supuestamente indócil material, usando “cosas sencillas” (ceniza mezclada con pigmentos naturales, vegetales y minerales aglutinados con grasa o resina).

Piel: atrae a un niño por sus códices que transmitían “mensajes en la época prehispánica” (por medio de la escritura, glifos, pictogramas o dibujos elaborados).

Papel: sorprende a una señora que observa las diversas sombras en la ilustración de un ave, mientras una pequeña anota por qué a veces la ilustración científica es preferida sobre la fotografía.

Pixel: consigue que una niña, amante de las mariposas, descubra un colorido ejemplar en formato digital, y que un adulto se sorprenda con la ilustración del jaguar que evidencia la unión de sus pixeles y le “da idea de cómo se trabajan las imágenes” gracias a el uso de esta moderna técnica.

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