Sustentabilidad

Trabajos de anillamiento de flamencos, preservación de la biodiversidad

Para quien ha visto un flamenco en su hábitat natural, le queda claro por qué son un prodigio del mundo de las aves. A través de millones de años de evolución la naturaleza les ha dotado de la suficiente fortaleza para sobrevivir.
Ya que vuelan largas distancias, por ejemplo, en sus vuelos regulares entre Celestún y Los Petenes a Ría Lagartos y Yum Balam hay alrededor de 300 kilómetros –sitios ubicados en la península de Yucatán en México-, sin embargo, en casos excepcionales se les ha localizado a más de 1,000 kilómetros en la nación de las Bahamas o incluso a unos 2,000 kilómetros en República Dominicana.
Su ciclo de vida inicia en Ría Lagartos, en el extremo norte de la Península de Yucatán. Sobre las aguas someras de la ría se encuentra la colonia de anidamiento más grande del Flamenco Rosado del Caribe, sus peculiares nidos en forma de volcancito de lodo que sobresale 30 centímetros sobre las aguas, semejan un paisaje lunar por su cantidad.
Nacen durante los meses de junio y julio, son criados cuidadosamente por sus padres. Para septiembre la mayoría vuela hacia Ría Celestún y los Petenes, reservas de la Biosfera adyacentes en donde se refugian y alimentan, solo unos cuantos permanecen en Ría Lagartos.
Año con año gran cantidad de flamenquitos nacen en Ría Lagartos, para este año, de los poco más  de 15 mil nidos contabilizados 13 mil lograron eclosionar con éxito.

flamencos
Se estima que la colonia de flamencos de la península de Yucatán es de alrededor de 70,000 individuos. Se encuentran distribuidos, según la temporada del año, en Ría Lagartos y la vecina Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam y las Reservas de la Biosfera de Celestún y Los Petenes. Hay flamencos en otras áreas del Caribe como Bahamas, Cuba, Haití, Colombia, Venezuela, noreste de Brasil, Guyana y Antillas Holandesas.
Cabe mencionar que el flamenco rosa del Caribe no está en peligro de extinción, pero si bajo el estatus de especie amenazada (NOM-059-SEMANRNAT-2010), por lo que la labor de la Fundación Pedro y Elena Hernández, A. C., la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), sus colaboradores y habitantes de la zona es fundamental para la conservación del flamenco y su hábitat.
Conservar esta especie sombrilla, significa resguardar muchas hectáreas de ecosistemas terrestres y marinos, hogar de un sin número de especies y parte vital de la economía de Yucatán.
El anillamiento sería imposible sin la labor de instituciones como Fundación Pedro y Elena Hernández, A. C. En el proceso participa activamente mucha gente, que en el año pasado (2015) participaron 73 personas. Para este año se esperan 150 personas, entre ellas, 80 técnicos y especialistas, además de médicos veterinarios de uno de los zoológicos más importantes de México, Africam Safari.
Cada año se anillan alrededor de 500 ejemplares en la Reserva de la Biosfera Ría Lagartos. Siendo el proceso del anillamiento de los flamencos es un dechado de ingenio, conocimiento científico, coordinación y financiamiento.
Se anillan flamencos de entre 75 y 80 días de edad, aunque para entonces ya caminen y se encuentren juntos en una especie de guardería laguna adentro.
Se requiere de mucha gente para anillarlos. Los voluntarios no son novatos, todos están debidamente capacitados, no es un evento público.

voluntario flamenco
El día del anillamiento, empieza antes del amanecer, los flamenquitos jóvenes están durmiendo alrededor de la “guardería”, es un grupo compacto. Aprovechando la penumbra de la madrugada, los especialistas, guían suavemente a los flamencos hacia el área de anillamiento.
El corral tiene a su alrededor un pasillo por el cual se van introduciendo grupos de flamencos, al caminar por el corral, cada flamenco es atrapado por una persona experta quien lo conduce a una de las 8 estaciones de anillado. Inmediatamente se les vendan los ojos, para evitar que entren en pánico.
Terminado el proceso, se les quita la venda de los ojos, se dejan delicadamente en la orilla de la laguna y quedan liberados. Los flamencos caminan en grupos, ya que hay varias personas en el mismo proceso, las aves se reúnen de nuevo internándose en la laguna.
El programa integral para conservar el flamenco en México cuenta con una estrategia basada en tres componentes fundamentales: la investigación, el manejo y la educación ambiental ciudadana.

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