Sustentabilidad

Se agota la sustentabilidad local

América es un continente con inmensos recursos naturales. Los países latinos, entre ellos México, han malentendido el aprovechamiento de su biodiversidad y modelo de desarrollo, caracterizado por ser extractivo lo que ha degradado en demasía sus ecosistemas.

A esto, se agrega que diversas legislaciones, como las leyes ambientales de México, no han logrado aterrizar en niveles locales, propiciando que las comunidades rurales e indígenas, en contadas ocasiones, cuenten con recursos para la defensa de sus ecosistemas.

De acuerdo a Edgar Villaseñor Franco, secretario interino para México, Centroamérica y el Caribe de Gobiernos Locales por la Sustentabilidad (ICLEI), a pregunta expresa de Mi Ambiente, dijo que es inmensa la lucha por la conservación y ve con preocupación la atención a diversos problemas que esta región presenta, como el hecho de que las autoridades no aceptan ideas y ayuda de la ciudadanía.

“Debe fomentarse la Agenda 21 local para que los munícipes colaboren con las personas y en México, como en ninguna otra parte, se sufre por los cortos tiempos de trabajo de las autoridades municipales” –tres años-. Añadió que así no es posible establecer un adecuado desarrollo sustentable, el cual sólo es posible con base a políticas de largo plazo, desarrollo holístico integrador, participación ciudadana y trabajo conjunto, además de periodos de gobierno superiores a los tres años a nivel municipal.

Se requiere de una política pública transelectoral que tenga consejos ciudadanos para llevar a la realidad proyectos verdes; no hacer compras onerosas y mal planificadas para los municipios y tener financiamiento ya etiquetado al Medio Ambiente para así subsanar lo que se requiere para preservar los ecosistemas.

Abundó que ICLEI tratará en su próximo X Congreso Nacional, temas sobre aprovechamiento de biogás de rellenos sanitarios, comunicar el desarrollo sustentable, adaptación al Cambio Climático, educación ambiental, etc, que son urgentes y se fomentará la experiencia de Cozumel para adaptación climática.

Por su parte, el presidente municipal de Cozumel, Aurelio Joaquín González, indicó que el tema de la temporalidad gubernamental se puede superar al pasar a Cabildo las políticas públicas que requieran los municipios y que el Congreso del estado dictamine qué debe hacerse de continuismo en agenda sustentable para combatir la temporalidad, sugirió.

“No podemos estar haciendo lobby en el Congreso federal y que legisladores de otras entidades entiendan los problemas de Cozumel. Este problema de la Federación se resuelve si nos descentralizarnos; los municipios requerimos fondos establecidos no sólo para la seguridad, alumbrado, etc., sino para también el desarrollo sustentable”, dijo.

El turismo es un fuerte depredador de ecosistemas, debido a que los empresarios del ramo ponen las ganancias económicas por encima de la protección al ambiente.

Puntualizó que la intención de la administración a su cargo es que Cozumel sea el tercer destino turístico nacional certificado en sustentabilidad, ya que en la actualidad sólo Huatulco, Oaxaca, y Maya Coba, en Cancún, cuentan con ese distintivo. Además, es vital que destinos de playa tengan un plan municipal de Cambio Climático para hacer las transformaciones que se requieren para atender este rubro.

Latinoamérica tiene la biodiversidad más rica del mundo, desde Chile a México, y donde habita 33% de los mamíferos del mundo, 35% de los reptiles, 43% de las aves, 50% de los bosques tropicales y es 16% de la masa del Planeta con un total del 40% de su biodiversidad lo que brinda una gran ventaja competitiva para el comercio y supervivencia de sus habitantes, pero que ha sido desperdiciado de forma alarmante.

De acuerdo al Centro Smithsoniano, la biodiversidad bien utilizada es plataforma del desarrollo y debe usarse para bienestar como es la polinización, fertilidad, control de plagas, seguridad alimentaria, mitigación de tormentas, regulación del clima y medicinas.

La WWF Internacional informó que este capital natural es enorme y es primordial en el desarrollo de los países, y la misma Naturaleza provee elementos que subsanen la pobreza y el hambre. Pero se ejemplificó las cosas no van por buen camino ya que el consumo humano puede degradar rápidamente los recursos y se estima que en las siguientes dos décadas habrá otros 500 millones de personas en Latinoamérica que requerirán de 50% más de la demanda energética actual.

RESILIENCIA AMBIENTAL MUNICIPAL, EN PELIGRO
A este respecto, para los especialistas, la resiliencia ambiental es una cuestión por atender de forma inmediata -entendiendo resiliencia como la medida de la habilidad o capacidad que tiene un ecosistema de absorber el estrés ambiental.

En la actualidad, no se puede considerar a la resiliencia como algo intacto y, de acuerdo a lo dialogado en la pasada Reunión de la Comisión de Cooperación Ambiental de Norteamérica (Estados Unidos, Canadá y México), se aceptó que es urgente atender a la resiliencia de las comunidades indígenas y rurales de México.

Ya que las comunidades han rebasado el umbral de impacto y recuperación de su región, pero no parece ser esto un tema del interés para las autoridades no sólo mexicanas, sino multinacionales, quienes aceptaron que gran parte de las comunidades en sus naciones se presentan graves afectaciones a la resiliencia.

Para los jóvenes la contaminación es un peligro

Para la mayoría de los jóvenes en el Valle de México, la calidad del aire es mala y la consideran un peligro que afecta su salud. Así lo señalaron en un sondeo de opinión realizado por la asociación civil El Poder del Consumidor;

Los encuestados, cuyas edades oscilan de los 15 a los 26 años, el 66% consideró que la calidad del aire es “mala” y el 17% “pésima”. Solamente 16% la consideró “buena” y apenas el 1% dijo que era “excelente”.

Los jóvenes reconocieron sentir con frecuencia malestares asociados a la contaminación atmosférica, como irritación de ojos (84%), irritación de garganta (68%), resequedad en fosas nasales (70%), flemas (53%), falta de aire (55%), opresión en el pecho (51%), fatiga inusual (64%) y cefaleas (70%).

“Esta percepción de riesgo por parte de los jóvenes debería impulsar a las autoridades a realizar una pronta actualización de las normas que fijan los límites máximos permitidos de contaminantes en el aire, a fin de garantizar la salud de la población”, señaló Gerardo Moncada, director de Campañas en El Poder del Consumidor.

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