Sustentabilidad

La lista de patrimonio mundial busca alcanzar los 1,000 sitios inscritos

Este año el número de sitios inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO llegó a 962, con la reciente inscripción de 26 más (20 culturales, 5 naturales y 1 mixto), por lo que expertos señalaron que es inminente que en los dos próximos años la lista arribe al “número dorado” de mil sitios inscritos en la lista. De los 962 bienes que hay en dicho listado, 745 son culturales, 188 naturales y 29 mixtos, ubicados en 157 países.

Durante la reunión para conmemorar los 40 años de la Convención de Patrimonio Mundial, en la ciudad de Querétaro, en el centro occidente de México, especialistas nacionales e internacionales coincidieron además que la concepción de Patrimonio Mundial ha evolucionado y se ha vuelto un tema cada vez complejo, pues con más frecuencia se pone a discusión el requisito de valor excepcional universal, que califica la UNESCO para poder inscribir un sitio cultural, natural o mixto en dicho listado.

Nelly Robles García, coordinadora nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la evolución que ha tenido la inscripción de zonas arqueológicas de México, en la Lista de Patrimonio Mundial. Al principio, dijo, la Convención privilegió un criterio “monumentalista”, y se logró en 1987 la inscripción de sitios como Palenque, Chichén Itzá, Teotihuacan, Monte Albán, que son la “representación de nuestras inmensas culturas prehispánicas”.

Con el tiempo, abundó, dicho criterio evolucionó y se refinó, de manera que en el listado se incorporaron, en 1998, bienes culturales como Paquimé, un sitio de arquitectura tierra en Chihuahua, que significó un “cambio enorme” al incluir argumentos arqueológicos para su declaratoria. En este rubro también destacó a las pinturas rupestres de la Sierra de San Francisco, en Baja California.

Robles García puntualizó que en los últimos años, el criterio de inscripción ha incluido al medio ambiente y el paisaje cultural circundante, en cuyo rubro están sitios como Uxmal (Yucatán), así como Calakmul (Campeche), uno de los primeros sitios mixtos (arqueológico y natural) que se incluyeron en 2002 en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).

Por su parte, José de Nordenflycht, experto de ICOMOS Chile, hizo referencia al futuro de la Convención de Patrimonio Mundial, la cual dijo pasa por la “simbólica crisis de mediana edad”, y sugirió abandonar paulatinamente el “rigor doctrinario” de algunos de sus parámetros.

Opinó que al llegar la lista al “número de oro”, es necesario reflexionar que el patrimonio es dinámico, por lo que hay que tener en cuenta la relación entre sujetos y objetos que le dan identidad; además abogó la “tolerancia al cambio, pues la memoria no está contenida en los objetos sino en los actores del cambio”.

En lo relativo al binomio patrimonio cultural y turismo, el consultor en patrimonio cultural James Rebanks, de Reino Unido, señaló que esta actividad económica es inherente a la inscripción de los sitios en la lista, pero es indudable que hay países que lo aprovechan mejor que otros.

“El patrimonio cultural es un bien increíble y detona una nueva forma de turismo, pero hay que establecer puentes entre economía y patrimonio. Buscar un enfoque consensado entre autoridades y habitantes para realizar el mercadeo del sitio, el cual debe incluir los valores indiscutibles del mismo, así como poner por encima del negocio las necesidades económicas de las comunidades aledañas”.

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