Sustentabilidad

Insectos; indicadores biológicos del ecosistema

En el estado de Puebla (ubicado a dos horas de la capital mexicana)se cuenta con un registro aproximado de 300 especies de escarabajos; sin embargo, aún existen zonas que no se han explorado y representan un nicho importante para desarrollar líneas de investigación, consideró Hortensia Carrillo Ruiz, académica investigadora de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

El estudio de insectos como los escarabajos y las mariposas permite, entre otras cosas, obtener información de qué especies viven en la entidad y cuál es el papel biológico que desempeñan en una región y a partir de este conocimiento generar propuestas de manejo de los ecosistemas que habitan.

Dedicada desde hace más de 10 años al estudio de los insectos, la doctora Hortensia Carrillo, quien es responsable del Cuerpo Académico Biología Comparada y Relaciones Ecológicas de la BUAP, insistió en la importancia de trabajar en los listados faunísticos de insectos en el estado.

Como parte de esta inquietud, en coordinación con el doctor Miguel Ángel Morón Ríos, realizó y publicó un listado de coleópteros Scarabaeoidea en la región de Cuetzalan del Progreso, destacando un registro de siete subfamilias, 18 tribus, 34 géneros y 63 especies.

Para 2010, la doctora Carrillo después de observar registros de especies contenidas en las colecciones registradas por el inglés Henry Bates, identificó una nueva especie de escarabajo del género Hoplia, al cual nombró Hopliazaragozai.

Para determinar esta nueva especie, realizó un análisis comparativo con las colecciones realizadas más de medio siglo atrás por Bates, los cuales tuvo que solicitar en calidad de préstamo al Museo Nacional de Londres.

Detalló que “del género Hoplia, quien es el único representante de los hoplinos en América, mi aportación consistió en que este género se consideraba como parte de una tribu en el sistema de clasificación que se utiliza en México y Sudamérica. Cuando inicié mi proyecto de doctorado, me propuse hacer un análisis cladístico para resolver si realmente deberíamos considerarlo parte de una tribu”.

Al concluir el estudio, lo que resultó fue un cambio en el sistema de clasificación y ahora este género está englobado, sí dentro de la tribu Hoplini, pero la agrupación se elevó a rango de subfamilia Hopliinae, esa es mi aportación en el área de la clasificación biológica, dijo.

La especialista refirió que algunos tipos de escarabajos o mariposas pueden ser tomados como especies indicadoras que revelan en su comportamiento cómo se afecta o modifica un ecosistema. La importancia de su estudio permite saber cuáles son los papeles ecológicos que desempeñan y proponer estrategias de conservación, aseguró la especialista.

Enfatizó que “por ejemplo, los escarabajos coprófagos se alimentan del estiércol y son los encargados de incorporar esos desechos al suelo. Si no existieran esos escarabajos que utilizan el estiércol para hacer sus bolas nido y que ahí crezcan sus larvas, los potreros estarían llenos de excremento de ganado. Estas especies de escarabajos coprófagos requieren, a su vez, ciertas características en su hábitat ya que no son muy resistentes a la insolación, como el escarabajo Phanaeusmexicanus, una especie muy sensible, así que cuando hay tala de árboles o llega una especie oportunista tiende a desaparecer o desplazarse”.

En la República Mexicana se han citado cerca de mil 700 especies de las 30 mil especies de scarabaeoides catalogadas en el mundo. Por medio de estudios faunísticos locales efectuados en 14 estados durante 36 años (1973-2009), ha sido posible detallar parte de la distribución y hábitos de unas 900 especies.

Entre las líneas de investigación que actualmente aborda la doctora Carrillo, destaca el estudio de especies que sobreviven a los ambientes urbanos. Para su trabajo ha iniciado observaciones y muestreos en el Parque Metropolitano y en el Parque Ecológico Revolución Mexicana. Ahí trabajará con mariposas como indicadores biológicos, a fin de determinar no solo un listado faunístico sino la relación de las especies de mariposas con las plantas del lugar y, en un futuro, evaluar la calidad de esos ambientes.

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