Sustentabilidad

Incipientes, planes de manejo de los residuos domésticos peligrosos

Los recipientes vacíos o con residuos de aceite de motor o líquido anticongelante para los autos, de destapacaños, pegamentos, acetona o insecticidas, junto con medicamentos caducos, jeringas y material de curación, focos ahorradores, maquillajes y tintes para el cabello, son algunos ejemplos de los residuos domésticos peligrosos que todos los días se generan en el país.

Pero el mayor problema es que los planes de manejo son aún incipientes y geográficamente limitados. Por ejemplo, sólo en algunas ciudades como la de México, Guadalajara o Puebla hay depósitos para pilas, y se recolectan medicamentos caducos en farmacias, “pero todavía falta mucho”, expuso Constantino Gutiérrez Palacios, del área de Ingeniería Ambiental de la Facultad de Ingeniería (FI) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Antes de ser desechados, estos residuos pueden constituir un peligro para quienes habitan una vivienda, principalmente amas de casa y el servicio doméstico, porque envases con remanente de desinfectantes o limpiadores a base de hipoclorito de sodio o ácido clorhídrico pueden ser tóxicos; además, los niños los consumen accidentalmente.

En el país se generan al año, en promedio, 3.58 kilógramos de residuos domésticos peligrosos por habitante, que multiplicados por los cerca de 119 millones de pobladores, son una cantidad considerable. Y cuando son llevados a tiraderos a cielo abierto, se convierten en fuente de contaminación del suelo y de los mantos freáticos, subrayó.

En la Ciudad de México la separación de la basura en los hogares para facilitar su reciclaje deberá ser obligatoria con la Norma Ambiental NADF-024-AMBT-2013, publicada el 8 de julio de 2015 y que entraría en vigor en julio de 2016.

No obstante, la Secretaría del Medio Ambiente capitalina determinó aplazar un año la entrada en vigor de esa reglamentación, de acuerdo con lo publicado en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México, para implementar un programa piloto y familiarizar a los habitantes con las nuevas disposiciones, refirió Gutiérrez Palacios.

Cuando así ocurra, se deberán separar los desechos ya no sólo en orgánicos e inorgánicos, como se hace hasta la fecha, sino de manera primaria avanzada. Entonces, desde la fuente generadora se clasificará a los residuos en: biodegradables que serán aprovechados, con potencial de reciclaje, inorgánicos de aprovechamiento limitado, especiales y voluminosos, y peligrosos provenientes de fuentes distintas a los establecimientos comerciales, industriales o de servicios.

Ejemplos de los de manejo especial y voluminoso son: electrodomésticos, aparatos electrónicos, radiografías, colchones, muebles, juguetes y llantas. Algunos de los considerados peligrosos son los desechos automotrices: lubricantes, aditivos para gasolina, limpiadores de carburador, acumuladores, baterías, líquidos de transmisión y de frenos.

Gutiérrez Palacios explicó que los residuos peligrosos domésticos pueden ser corrosivos, reactivos, explosivos, tóxicos, inflamables o biológico-infecciosos.

Quienes originan más residuos peligrosos, adelantó, son quienes tienen mayor capacidad de compra. En un primer análisis realizado en la zona de La Merced, se encontraron pocos desechos de mantenimiento automotriz, pero sí medicamentos caducos, jeringas y cosméticos.

En los planes de manejo se deberá establecer cómo reconocer a los residuos domésticos peligrosos, cómo separarlos y cómo tratarlos para evitar el riesgo a la salud.

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