Sustentabilidad

Emprendedores llevan agua a zonas rurales vulnerables

En México se tiene una población de poco más de 123 millones de personas, de las cuales 22% vive en zonas rurales, de los cuales unos 7 millones padecen pobreza extrema y en su gran mayoría padece de acceso al agua potable de calidad y, ante, la imposibilidad de  las autoridades de brindarles acceso al vital líquido es que se busca aplicar diversas tecnologías creadas por pequeñas y medianas empresas (Pymes), que apuestan al emprendimiento.

Un ejemplo de ello es la empresa y proyecto Common Element, que ha patentado una maquinaría que condensa el agua dispersa en la atmósfera y produce agua filtrada lista para consumo humano, ello sin importar si se colocan estos aparatos en zonas tropicales, desérticas u la altura donde se ubique la comunidad a atender.

Trabajo que esta empresa desarrolla en base a las cifras de acceso al agua que indican que en México de acuerdo a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), 1 de cada 20 habitantes no cuenta con agua entubada, que el 70% del agua dulce del territorio está contaminada, que el 31% del líquido se encuentra altamente contaminada y aún más específico, el 40% del agua en tránsito a la Ciudad de México se desperdicia.

A este respecto, Miguel Ángel Beltrán, cofundador y directivo de Common Element, declaró en entrevista con este reportero que este sistema tecnológico extrae el agua del aire y lo purifica para áreas en las que el suministro es escaso. El producto inicial podrá procesar de 200 a 500 litros por día. Los materiales y procesos utilizados permiten que se obtenga una utilidad del 28%.

Indicó que se está proponiendo crear maquinas que alcancen hasta 500 litros de producción de agua potable y no potable, que pueda usarse en las zonas que no tienen líquido, situación que se presenta en el 52% del territorio nacional.

Específicamente en comunidades rurales y ganaderas; de ahí que se estime que se pretenda cosechar agua, para que comunidades que no tengan su acceso a la misma. Recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho que la gente requiere de 50 a 100 litros al día, es decir que una máquina de este tipo, abastecería a una familia de cuatro a cinco integrantes sin problema alguno.

Especificó que el agua se genera dentro de la máquina y es como tener una nube dentro de un cajón en donde se canaliza en su base para ser así utilizada, se ensambla en sitio y al estar en pie se puede armar en el patio de un hogar o un sitio predestinado para así crear hasta tinajas o aljibes para el acceso social de la misma.

Mencionó que Common Element, en estos momentos al ya tener la patente, se está a meses de presentar su prototipo de validación para hacer pruebas en campo y, añadió, que diversas organizaciones campesinas ya han mostrado interés en este tipo de sistemas tecnológicos en comunidades rurales.

Por su parte, el también integrante y encargado de la técnica de esta Pyme, David Núñez Cárdenas, declaró que el captar agua del aire es una tecnología que ha sido desarrollado en otras naciones desde hace unos 15 años con equipos que captan de 20 hasta 200 litros, pero no tienen la difusión adecuada. Y al participar en un proyecto similar en México hace años, les conllevo a crear su propio sistema.

Pero, dijo que apreciando lo bueno y malo de estas tecnologías y sus limitaciones les conllevo a observar de forma detenida lo que hace la naturaleza, que es, que el aire caliente sube a la atmosfera se conjunta con el frio y al bajar 10 grados se condensa la nube, se precipita y se tiene agua.

En este caso el aparato de Common Element, atrapa agua del aire hace esta similitud y eso se realiza en este sistema con calentar aire que se mezcla, se enfría y se puede captar. Con la diferencia de las otras técnicas es el no usar refrigerantes haciendo que esta tecnología sea disruptiva en este tipo de sistemas; lo que, le permite obtener el triple de agua, ahorrar energía y captar agua sin importar el clima en donde se le ubique.

Siendo lo anterior, un sistema que se vuelva la solución a una necesidad en miles de poblados rurales en donde el agua entubada no llega a sus pobladores; cabe mencionar que un mexicano en promedio utiliza 380 litros de agua potable para realizar sus acciones comunes diarias, que van desde sus necesidades básicas de aseo y consumo.

AGUA Y EMPRENDIMIENTO DE LA MUJER EN ZONAS RURALES

Por su parte, Fermín Reygadas Robles-Gil, Co-Fundador de Índigo Impacto y Director Ejecutivo de la Fundación Cántaro Azul, comentó a este reportero que en México 40 millones de personas no tienen acceso directo al agua y 20 millones de los mismos consumen agua contaminada afectando su salud y los otros 20 millones consumen agua de garrafón, quienes invierten un 10% de sus ingresos en ello, cuando no debiera pasar del 3% de sus recursos monetarios.

Ya que, pese a las obras que crea la CONAGUA sólo se tiene un impacto limitado para la gente que habita en diversas zonas rurales y complejas del país. De ahí que se tiene que pensar en soluciones diversas desde no una visión de sólo entubado de agua para zonas semiurbanas y algunas rurales.

Siendo ahí donde esta pyme de emprendimiento en agua, desarrolla su iniciativa que fomenta el trabajar con mujeres indígenas para que se empoderen y sean agente de cambio en el acceso al agua con el arranque de purificadoras de agua con tecnología propia y que versa en principios sustentables.

Índigo Impacto basa sus trabajos en fabricar y distribuir Mesita Azul, un sistema de purificación de agua especialmente diseñado para las comunidades rurales sin acceso a agua potable. Su modelo de distribución consiste en que las mujeres de la comunidad se conviertan en franquiciatarias y distribuidoras del producto, con la intención de que ellas inicien su propio emprendimiento y desarrollo social.

Por citar la necesidad que se debe remediar es que más de 20 millones de personas en comunidades marginadas en México no tienen acceso a una fuente de agua segura. De ahí que este sistema de distribución, dotación, tecnificación del agua sea una solución holística y adaptativa a contextos de las comunidades rurales y semiurbanas marginadas.

Destacó que ya cuentan con sistemas piloto en funcionamiento de este sistema con más de 700 familias, ello, por medio de donaciones; aunado al establecimiento de convenios con diversas organizaciones civiles y gobierno para su implementación en proyectos sociales.

Destacó que en las comunidades en donde se han instalado se les apoya a las mujeres con la instalación de estas purificadoras, colocación de los equipamientos que se les colocan en los locales designados y que funcionan a base de luz ultravioleta con sistemas de tecnología creados por Índigo.

Explicó que estas franquicias tienen un costo de 200 mil pesos que va desde su equipamiento de tecnología y adaptación del sitio, aunado a brindar un mantenimiento y asesoría constantes de la misma. Detalló que en este modelo de franquicia sólo se les pide un 10% de las ganancias a los encargados de los locales.

Este servicio está enfocado en comunidades de 2 mil hasta 20 mil personas; tratando de brindar soluciones a los problemas de acceso al agua potable de calidad, ya que, dijo la CONAGUA no tiene una política pública sobre calidad del agua, sólo habla que el 94% de la población tiene agua entubada en la mayoría de las comunidades, pero no aclara que en gran porcentaje es dañina para la salud de los individuos.

Lamentó que exista poca innovación de tecnología en agua, y la marginación provoca que empresas y gobierno sólo voltee a zonas pobres urbanas, pero se han olvidado en las zonas rurales. Siendo ahí donde las personas batallan al hervir el agua todos los días o siempre estar poniéndole cloro dándole un mal aspecto y sabor al agua.

Cabe mencionar que estos emprendedores fueron finalistas de la primera edición del ShelterTech: México 2017, establecido por el Centro Terwilliger de Innovación en Vivienda, de Hábitat para la Humanidad, en colaboración con el Centro de Innovación a la Vivienda (CIV).

AGUA, TEMA DE INVESTIGACIÓN OLVIDADO

En el año 2014, cada mexicano tenía disponible tres mil 736 metros cúbicos de agua renovable al año; sin embargo, para 2030, de acuerdo con la CONAGUA, en algunas regiones enfrentará niveles cercanos o incluso inferiores a los mil metros cúbicos por habitante, lo que se califica como una condición de escasez.

Ante este y otros panoramas adversos sobre el agua en México, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) aprobó la creación de un laboratorio nacional especializado en proponer y poner en marcha soluciones sobre problemáticas relacionadas al vital líquido.

El Laboratorio Nacional de Ciencia, Tecnología y Gestión Integrada del Agua operará en el Centro de Investigación en Ciencia Aplicada y Tecnología Avanzada (CICATA), del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

El doctor Edilso Reguera Ruiz, quien es miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y que pertenece al CICATA, del IPN, dijo que “los problemas del agua y la energía son problemas globales, por eso es que son áreas prioritarias. Si tenemos agua y tenemos energía, entonces tendremos salud, alimentos, seguridad, tenemos todo. Por eso son las dos áreas que abordamos. Además, tratamos de hacer sinergia con todos los grupos del país que tengan liderazgo”. En el mundo, actualmente 20 por ciento de la población ya no tiene acceso al agua, el 50 por ciento de esta gente no tiene saneamiento.

De acuerdo con este organismo, en México existen zonas en las que se carece realmente de agua, pero hay otras en las que se tiene agua pero no se aprovecha adecuadamente. Señaló que México, además de tener contaminantes, 70 por ciento del agua que debería llegar al sector doméstico se desperdicia.

Para estas autoridades el reto del Laboratorio Nacional del Agua, será crear desarrollos tecnológicos, económicos y sociales para abordar los retos de escasez de agua, falta de acceso, calidad, disminución, recursos financieros y contaminación, así como formar recursos humanos y poder tener participación en la gobernabilidad y, sobre todo, lograr un impacto social y cultural entre los mexicanos.

Un ejemplo de que sin agua se detonan la pobreza, hambre y violencia, lo explicó, Gal Joss, directora de tecnologías del agua del Instituto de Exportación y Cooperación Internacional de Israel, quien, explicó que vivir sin agua provoca más pobreza y ello, puede llevar a generar fenómenos como se aprecian en Siria, donde las personas empezaron desde hace tiempo a pelear por ella, coadyuvando todavía más a sus conflictos internos.

Sobre México, dijo que es necesario crear una cultura a favor del cuidado del agua con la que se busque concientizar a los niños sobre la importancia de este recurso, además pide no olvidar la escasez en ciertas zonas del norte del país o en zonas marginadas.

“México tiene un grave problema de agua en el norte, en Baja California no hay agua ni en los alrededores, en el norte del país. Otro problema puede ser que no haya suficiente presión del agua o que no se trate el agua residual. No es una profecía del fin del mundo, éste no se termina, hay soluciones, pero debemos ser conscientes, porque el recurso es de todos y no es de nadie”.

MÉXICO: URBANISMO DESCONTROLADO VS. ACCESO AL AGUA

Dos terceras partes del país están en zonas desérticas y semidesérticas, y éstas contienen al 77% de la población nacional, indicó Humberto Marengo Mogollón, de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, mientras que en el sureste donde se tiene la mayor cantidad de agua se padece de un grave atraso en desarrollo industrial.

Por su parte, Manuel Perló Cohen, director del Instituto de Investigaciones Sociales, comentó que de acuerdo a un estudio de expertos de 10 zonas metropolitanas del país, hay consenso en que para 2035 la situación del agua en México será grave. “Pero no hay acuerdos respecto a cómo abordar el problema, existe una polarización muy grande. Este tema nos debe ocupar desde ahora, se necesita un enfoque integral, pues sin agua no hay futuro”, dijo. Un ejemplo de esta realidad ya actual es que 50 por ciento de la población en la Ciudad de México recibe agua por tandeo o no la recibe.

Aunado a que en los últimos 30 años el territorio nacional ha perdido cinco millones de hectáreas de selvas, cinco millones de hectáreas en arbustos y han crecido de 200 mil a un millón 600 mil manchas urbanas, y en donde la agricultura ha aumentado en casi seis millones y medio de hectáreas y todos estos factores, que implican un uso indiscriminado del agua.

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