Sustentabilidad

Deroga Australia gravamen verde

Mientras que en México cada vez se buscan más formas de imponer impuestos verdes, supuestamente para mejorar el Medio Ambiente en general y lograr la reducción del 30 por ciento en las emisiones de dióxido de carbono del 2010 al 2020, en Australia, los ciudadanos celebran la derogación del gravamen de 550 dólares australianos anuales por emisión de carbono.

Desde los tiempos de Luis Echeverría comenzaron a cobrarse impuestos ecológicos y cada día son más, aunque disfrazados. Recordará usted que se anunció que se dejaría de cobrar la tenencia; pues no. El gobierno federal impuso un impuesto medioambiental a los combustibles fósiles que le permite recaudar tres veces, y sin embargo, en la gran mayoría de las entidades federativas no desapareció la tenencia y en el DF, en algunos casos, se cobra completa y, en otras, una parte.

Ahora bien, ¿sabía usted que con las llevadas y traídas reformas, en este caso con La Hacendaria, paga un nuevo impuesto verde? Pues sí. Así es. Claro, para algunos sectores bien informados como el metalúrgico, protesta airadamente el gravamen y promete demostrar que su actividad no genera gases de efecto invernadero.

Los “legisladores que siempre velan por el bienestar del pueblo” aprobaron que a partir de 2014 se cobre 50.9 pesos por cada tonelada que se emita de dióxido de carbono, uno de los gases de efecto invernadero que produce calentamiento climático global.

La justificación del sector ambiental oficial es que se debe reducir en 30 por las emisiones de carbón en México a más tardar para el 2020 y qué mejor que se hizo una ley para ello. Por lo tanto, ahora no es voluntario, sino obligatorio porque es por legislación.

Lo que no dicen es que hay países que no cobran impuestos ni servicios (agua electricidad, calles, entre otros) y que al nacer un nuevo ciudadano, sus gobiernos le destinan un terreno en propiedad y le donan el equivalente a medio millón de dólares (depositado en el banco para que se incremente con los intereses) para que tenga dónde vivir o poner una empresa y para que ponga su propio negocio, respectivamente.

Por lo que toca al nuevo impuesto verde que se aplica a partir de 2014 debe ser con base en la degradación ambiental y agotamiento de los recursos naturales que en México representa más de un billón de pesos, pero con maquillaje, es un poquito menor, y no cobrarse a 50.9 pesos por la emisión de tonelada de dióxido de carbono, según diversas ONG, como Greenpeace y El Poder del Consumidor.

La propuesta del Ejecutivo federal es que en la Reforma Hacendaria se gravara con 70.68 pesos la emisión de tonelada de CO2, sin embargo, los legisladores la bajaron a 50.9.

Ahora bien, para que se note que el nuevo impuesto verde no es caro, el sector medioambiental federal asegura que en otros países, se cobra hasta 20 dólares por la emisión de tonelada de dióxido de carbono.

Es más, asevera, solamente el costo social de producir una tonelada de dióxido de carbono asciende a 11 dólares y en México solamente se pagará 50 pesos con 90 centavos.

Eso quiere decir que el nuevo impuesto es una verdadera ganga. ¡hombre! Qué ingratos son los mexicanos que no saben agradecer nada.

NUMERALIA
Bueno, mientras son peras o manzanas, el impuesto se aplica. De tal suerte que por ejemplo, el sector metalúrgico tendrá un gravamen de 1,200 millones de pesos, según los legisladores. Eso quiere decir que produce un poco más de 23 millones 575 mil 638 toneladas de gases de efecto invernadero.

En el caso de Petróleos Mexicanos se establece que pagaría como mínimo, 2000 millones de pesos. O sea que le cobrarían por emitir 39 millones 292 mil 730 millones de toneladas de CO2, cifra que luce bien maquillada.

Para la Comisión Federal de Electricidad la cifra a pagar por envenenar al país es de 6,800 millones pesos. Lo que indica que solamente produce 133 millones 595 mil 284 toneladas de GEI’s al año.

De acuerdo con los especialistas, los automóviles con todo y sus catalizadores y demás tecnología moderna, generan 3 kilogramos de dióxido de carbono por cada libro de combustible que consumen.

Y agárrese, cada año se consumen 73 mil millones de litros de combustibles fósiles, lo que quiere decir que solamente por eso, se generan 219 mil millones de CO2 al año.

Hay que hacer constar que el gas y petróleo quedaron exentos del nuevo impuesto, por los propietarios de artefactos e industrias que lo usen, saldrán beneficiados. Sin embargo, se anuncia pesticidas también pagan impuestos por contaminar el medioambiente.

Por otra parte, hay que señalar que también existe la propuesta mundial de que los impuestos verdes se impongan de acuerdo al uso excesivo y agotamiento de los recursos naturales que cada año disminuyen 11 por ciento.

Esos gravámenes deben ser acordes también al valor de los servicios ambientales que se pierden al año y que se valoran en por lo menos, 2 billones de dólares, en español, no en gringo.

Algunos acuerdo internacionales que no se respetan como muchas otras cosas, establecen que cantidad resultante los costos por degradación ambiental y agotamiento de recursos naturales es exactamente lo mismo que se debe invertir al año para frenar los daños ecológicos. En México asciende oficialmente a casi un billón de pesos pero únicamente se invierten unos 150,000 millones de pesos.

DEROGACIÓN DEL IMPUESTO VERDE
Es la tecnología, no los límites y los impuestos, la clave para una mejoría a largo plazo de las emisiones de carbono. Así lo expresa Gregory H. Boyce, Presidente y CEO de Peabody Energy, a la vez que agrega que la revocación del impuesto a las emisiones de CO2 hecha por el gobierno de Australia es una lección de liderazgo para el mundo actual.

Este ejemplo debe ser emulado por legisladores de Estados Unidos y de otras naciones y rechacen las costosas normas propuestas por los gobiernos sobre las plantas energéticas porque solamente exacerban la desigualdad energética, aumentan los costos de la electricidad y reducen el crecimiento de la economía.

A los habitantes de Estados Unidos les caería muy bien esta medida en el sector eléctrico, pues en la actualidad cuenta con 115 millones de estadounidenses con derecho a recibir asistencia energética y 48 millones viven en pobreza energética.

Asimismo, hay que poner en relieve que los australianos eligieron el año pasado a un nuevo gobierno con la condición de que derogara el impuesto a las emisiones de carbono, que ha causado un impacto económico estimado de 15, 000 millones de dólares australianos en los primeros dos años de su implementación.

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