Sustentabilidad

De jóvenes

Tareas inmediatas para los diputados de la LXII Legislatura: aprobar un Presupuesto de Egresos de la Federación que destine recursos suficientes al complejo de asuntos vinculados con los jóvenes: alimentación, salud, educación, empleo, cultura, deporte; revisar el marco normativo que los contiene, actualizarlo, reformarlo; verificar el cumplimiento de las políticas públicas y el adecuado ejercicio presupuestal, relativos. Con la atención propia de quien ejerce el oficio de periodista, observo hechos de mi entorno cotidiano. Soy espectador en algunas ocasiones.

En otras, actor. Aunque los papeles protagónicos me sean ajenos. Sin embargo, en los últimos días ocurrieron algunos hechos que me provocan reflexiones. A veces, esperanza. En jóvenes asoman nuevas actitudes. Renovadas formas de relación social. De solidaridad, de respeto, hasta de compasión. Hablar de compasión pudiera parecer fuera de lugar en estos tiempos. Pero hace algunos días, en El Mañanero, programa de Brozo, habló de ello Juan José Rodríguez Prats, participante infaltable en su sección “Debatitlán”. Mesa de discusión política a la cual asisten Enrique Jackson, Ignacio Marbán y Rafael Cardona.

Sostienen debates intensos, a veces, apasionados. A mí me parecen siempre divertidos. Los temas allí tratados son de la mayor relevancia. Pero no es esa la cuestión. Sólo referencia. Motiva mi comentario encuentro con jóvenes cuya actitud alienta la esperanza, dije, de cambio de actitud.  El sábado pasado esperaba, a la entrada de Bellas Artes, a don Ángel Infante. Él es secretario técnico del Sistema de Corresponsabilidad Social de la SEP el cual preside, en forma honorífica, la doctora Gabriela Gallardo Saavedra. Nos disponíamos a asistir a la presentación de la Compañía de Danza de Tania Pérez-Salas, de calidad excelsa.

Una pareja de jóvenes, ella 16 años, él 17, me pregunta por una exposición de escultura: La lengua de Ernesto. Obras 1987-2011, del brasileño Ernesto Neto. En brevísima charla me enteré de su gusto por el arte.  Hoy, en el Metro, voy de pie. Un joven, de unos 19 años, me ofrece su asiento. ¿En verdad parezco de la tercera edad avanzada? Como corresponde, agradezco. Mi sentimiento es ambivalente. Por una parte, complacido por el gesto de solidaridad. Por la otra, congoja ¿Luzco mal, enfermo? No, no es el caso, creo.

El protagonista del gesto asume, con generosa responsabilidad, que los asientos debieran ser ocupados por mujeres embarazadas; damas con pequeños, en brazos o no; ancianas y ancianos; personas con capacidades diferentes, o en quienes se percibe problema de salud.  Pues bien, para jóvenes como ellos; para quienes no estudian, ni trabajan, ni tienen esperanza; para quienes se han ido allende fronteras, y aún para quienes hoy han errado camino, los nuevos legisladores deben dedicar atención esmerada en el cumplimiento de sus responsabilidades.

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