Sustentabilidad

Crecen daños ambientales en América latina

En comparación con la situación predominante en América Latina en 1970, la tasa de crecimiento poblacional ha disminuido y el ingreso promedio ha aumentado. Ambas tendencias deberían ser buenas noticias para el medio ambiente, de acuerdo a una teoría llamada la «Curva Ambiental de Kuznet», la cual afirma que cuando los ingresos aumentan por encima de un cierto umbral, muchos de los impactos sobre el medio ambiente disminuyen.

Un nuevo informe publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en colaboración con la Organización de Investigaciones Científicas e Industriales de la Commonwealth (CSIRO, por sus siglas en inglés), muestra −utilizando una importante medida de la eficiencia en el uso de los recursos− que en América Latina opera una tendencia opuesta.

El informe, titulado «Tendencias del flujo de materiales y productividad de recursos en América Latina», concluye que, en la actualidad, la región está extrayendo un mayor volumen de recursos naturales por unidad de Producto Interior Bruto (PIB) que en 1970.

América Latina representa aproximadamente el 10% del consumo mundial de materias primas. Dado que gran parte de su valor se destina a la exportación, incluso incrementos modestos en la demanda de recursos en regiones como Asia y el Pacífico, Europa y América del Norte, pueden tener efectos importantes en las presiones extractivas en América Latina.

En las últimas décadas se ha presentado un crecimiento significativo en la cantidad de recursos extraídos en América Latina —incluyendo metales como el cobre, oro, plomo, zinc y plata, que se refinan en varios órdenes de magnitud antes de ser exportados—. Esto significa que gran parte del valor de la mercancía se exporta a otras regiones, mientras que la mayor parte de las presiones extractivas recae en la región.

Las exportaciones de carne y productos lácteos, también importantes en la región, requieren muchas unidades de material vegetal o de «productividad primaria» para producir una unidad de carne o productos lácteos. Por lo tanto, los países que se especializan en productos animales o mineros destinados a la exportación, tienden a tener una menor eficiencia en el uso de los recursos.

En general, el Consumo Doméstico de Materiales (CDM) en la región aumentó de 2.100 millones a 7.700 millones de toneladas por año de 1970 a 2008. Esta tasa de crecimiento fue más rápida en América Latina que en el resto del mundo, lo que significa que la contribución de la región al CDM mundial aumentó de 8,5% a 10,9% durante este período.

A pesar de que ha disminuido en gran medida el rápido crecimiento de la población que tuvo lugar en las décadas de 1970 y 1980 –y que condujo a importantes presiones ambientales–, en los últimos años las presiones han sido causadas por el crecimiento del ingreso per cápita y el consumo per cápita, así como el crecimiento de la demanda externa. Al final de este período, el CDM per cápita, de 13,6 toneladas por habitante, fue más del 30% mayor que en el resto del mundo.

El consumo de las cuatro categorías de materias primas examinadas en el informe aumentó en las siguientes tasas promedio a lo largo del período de estudio:
• Biomasa, en 2,0% anual (compuesto);
• Combustibles fósiles, en 2,5% anual;
• Minerales de construcción, en 3,5% anual, y
• Minerales metálicos y minerales industriales, en 5,5% anual.

Estas tendencias reflejan un cambio de economías agrarias (dominadas por la biomasa) a economías industrializadas en la región. Sin embargo, por varias razones, este cambio ha sido más lento que en otras regiones, como Asia y el Pacífico. Una de las razones es que la biomasa en Brasil, en particular el etanol de caña de azúcar, está sirviendo como un sustituto importante de la gasolina para el transporte. Otra, es que el desarrollo de la infraestructura en América Latina ha sido relativamente lento, mientras que el crecimiento económico en algunos países ha estado dominado por los sectores de recursos primarios orientados a la exportación, como la minería, la energía y la agricultura, en un proceso que ha sido descrito como «reprimarización».

El informe brinda un análisis detallado de los flujos de materiales y la productividad de los recursos en diez países de la región: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Perú y Venezuela.

DATOS RELEVANTES ESPECÍFICOS DE CADA PAÍS
• México. Las tendencias en la intensidad de uso de materiales en México fueron muy similares a los niveles promedio globales y, por tanto, inferiores a los niveles regionales; el país terminó el período de estudio siendo casi dos veces más eficiente que el promedio regional. Los cambios en la participación de las diferentes materias primas extraídas en el país indican una transición industrial en curso.

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