En aras de salvaguardar la riqueza genética de las especies de aves de México y de diversas regiones del planeta, en el santuario de las aves de El Nido, ubicado en el municipio de Ixtapaluca del central Estado de México se tiene la idea de establecer un Banco de Germoplasma para aves que se encuentran en riesgo de extinción, ejemplo de ello es el quetzal el símbolo de la cultura azteca.
«La intención es aplicar técnicas que permitan obtener, recolectar y guardar células de aves y utilizarlas para la reproducción artificial», dijo a Efe Mary Palma, medico veterinaria y responsable del proyecto; abundó que las instalaciones de El nido se prestan a la perfección para este proyecto al ser el hogar de más de tres mil aves y cuyo simbolismo es histórico como es el quetzal y el águila arpía, el águila real, el casuario, entre otras.
Señaló que este proyecto surgió por la inquietud de preservar animales que fallecen y por alguna razón se corre el riesgo de perder su especie. «Tenemos que empezar a prepararnos para el futuro y garantizar que, mediante la reproducción artificial, prevalezcan especies como las rapaces».
Sin embargo, aceptó que aún hacen falta algunos puntos para concretar este proyecto, ello debido a la falta de recursos que espera sean donados por parte de alguna institución privada que fomente este trabajo de conservación de la biodiversidad.
“Es fundamental tener esta institución que se enfocará a aves silvestres y enfocarse a las mismas es lo que le da su gran importancia y prioridad a existir”, dijo.
Este proyecto sería el primero en su tipo y se busca entre en funciones de forma inmediata debido al peligro de que puedan desaparecer especies que están empezando a resentir los cambios climáticos y otros factores como la tala de bosques y la depredación de sus ecosistemas.
El Banco de germoplasma estará a cargo de investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública del central estado de Morelos, así como de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de Ciudad de México.
Cabe mencionar que El Nido es un santuario de aves, que ha sido reconocido internacionalmente por ser uno de los primeros en lograr con éxito la reproducción de especies amenazadas, y ha sido galardonado por el Fondo Mundial para la Vida Silvestre y las Naciones Unidas, que le otorgaron en 1993 el premio Global 500.
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