Sustentabilidad

Corena, pirómana

Tras recuperar el dominio sobre 1954 hectáreas de terrenos comunales –ahí se encuentran 1524 hectáreas de que se compone el famoso Parque Nacional Recreativo Desierto de los Leones–, los miembros de la Comunidad Agraria de San Mateo Tlaltenango, de la delegación Cuajimalpa, demandan reconocimiento total, capacitación y los recursos económicos que les corresponde para dar mantenimiento, cuidar y conservar esa zona boscosa que es el principal pulmón de oxígeno puro y de recarga de agua de la ciudad de México.

Lo anterior nos lo informó el presidente de Pro Bosque, Marciano Chávez. Esta organización que agrupa a 250 miembros comuneros que lucha arduamente por conservar flora y fauna del Desierto de Leones se siente defraudada por las autoridades que en contubernio con algunos ex dirigentes se reparten los dineros que debieran servir para dar mantenimiento al bosque que tanto servicios ambientales presta a los habitante de la ciudad de México.

Durante dos recorridos que hemos realizado por ese fabuloso e impresionante bosque, los comuneros nos han dicho que ellos trabajan y tienen que dedicar parte de su sueldo al mantenimiento de esa zona, lo que obviamente es insuficiente.

Queremos que nos capaciten para aprender a cuidar nuestro bosque y que nos den los recursos necesarios para limpiar la hierba, retirar la madera seca, reforestar, hacer tinas ciegas, presas de gavión y otro tipo de infraestructura para mejorar la infiltración del agua de lluvia.

De acuerdo con el dirigente, las cosas están mal, porque las autoridades les aplican la Ley Agraria que les perjudica porque no es favorable a la comunidad. Queremos, agrega, que nos apliquen la Ley Federal de la Reforma Agraria porque esa nos protege con los artículos 52, 53, incluyendo al artículo Constitucional 27. Este último protege a todas las comunidades del país.

Aquí el problema lo causa el gobierno (Corena y Semarnat), indica Chávez y comuneros que nos acompañaron durante los recorridos por esas 1954 hectáreas. En ocasiones llegamos a estar a 3,600 metros sobre el nivel del mar.

El gobierno nos perjudica y nos priva de beneficios lícitos porque no nos deja ejercer nuestro derecho sobre la propiedad y nos prohíbe que pidamos cuotas voluntarias a todos aquellos que vienen a hacer uso del bosque, ya sea como paseantes o para hacer diversos tipos de deportes.

La gente que asiste hace uso de toda la infraestructura que tenemos y además, hay que limpiar toda la basura que dejan. Además, queremos apoyo gubernamental para prepararnos y contar con todo lo necesario para combatir incendios forestales y para conserva flora y fauna.

Le cuento que en la pequeña represa Cieneguilla, que se encuentra a 3,600 metros snm, ahí es frío y hay en dicho espejo de agua, truchas, mismas que son pescadas por los visitantes y también por las águilas. Tuve la oportunidad de ver una, también un conejo y cientos de vacas salvajes que pastan ahí desde hace unos cien años.

CORENA, PIRÓMANA
La gente de la Comisión de Recursos Naturales (Corena) que se mete en nuestras tierras comunales, tuvieron a bien realizar un incendio controlado, pero lo hicieron tan mal que el fuego se les salió de control y desde luego, que una parte importante de nuestro bosque se quemó, nos dijo Jacobo García.

Hay que agregar que este incendio fue en 1998, cuando se tuvo uno de los años más secos. En ese año, se estableció récord nacional de siniestros y superficie dañada.

Pues ahí tienen, en esa ocasión se quemaron 300 hectáreas del Desierto de los Leones y hasta la fecha, Corena ni Semarnat no han retirado los árboles muertos ni ha reforestado. Realmente da tristeza ver esa zona.

SAQUEO DE AGUA
En esta zona existen alrededor de 80 manantiales, cuyas aguas puras y cristalinas es saqueada por las autoridades de la delegación Cuajimalpa, especialmente para vendérsela a la zona comercial de Santa Fe.

Los comuneros citados, dueños de las 1,954 hectáreas de bosques, también se dicen dueños de las aguas, porque les fue concedida con una cédula real en la época del virreinato.

Antes teníamos agua para consumo humano, ahora, ya no, dicen. Pero lo grave del asunto es que se están llevando el 70 por ciento de nuestra agua y eso ya afectó a la zona, porque vegetación menor, como el zacate, se está secando.

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