Sustentabilidad

Cadmio, asesino casi desconocido

El cadmio es una grave fuente de contaminación, aunque poco estudiada, debido a ser un químico relativamente raro.

Según la organización “México Justo”, una ONG que apoya causas ambientales, sociales y políticas, las fuentes de contaminación por ese metal en el ambiente exterior no ocupacional, especialmente en ciudad, son las actividades industriales y mineras.

El cadmio es un peligroso contaminante que se respira en las grandes urbes.

El cadmio es un peligroso contaminante que se respira en las grandes urbes.

En el estudio “Cadmio – Serie Vigilancia”, los expertos Luiz A. C. Galvao y Germán Corea señalan que otras fuentes importantes de contaminación ambiental son la incineración de materiales de residuos, combustión de carburantes fósiles y uso de fertilizantes.

El Centro Panamericano de Ecología Humana y Salud indica que el cadmio y sus componentes se distribuyen de modo diferente, según características de los medios, como aire, agua, suelo, alimentos y tabaco.

Este mineral, de color blanco con ligero matiz azulado, no se halla en estado libre en la Naturaleza, sino asociado con el cinc. Es diferente a todos sus compuesto estables y su ion es incoloro.

Casi todo el que se produce se obtiene como subproducto de la fundición y refinamiento del zinc, los cuales, por lo general, contienen de 0.2 a 0.4%.

Estados Unidos, Canadá, México, Australia, Bélgica, Luxemburgo y República de Corea son fuentes importantes, aunque no todos son productores.

En el estudio citado, los autores afirman que la forma química más importante en que se presenta el cadmio en el aire es como óxido de cadmio.

En las grandes ciudades se han encontrado concentraciones elevadas en el aire de 0.05 a 30 microorganismo por metro cúbico (ugjm3); en sitio no contaminados los niveles son de 0.001 a 0.005 ugjm3, en medios rurales, y hasta 0.05, en las urbanas.

Sus efectos en la salud son diversos, como diarreas, dolor de estómago y vómitos severos; fractura de huesos, fallas en la reproducción y posibilidad incluso de infertilidad, daño al sistema nervioso central y al sistema inmune, desórdenes psicológicos y posible daño en el ADN o desarrollo de cáncer.

La toma por los humanos de cadmio es por la comida. Los alimentos que son ricos en cadmio pueden, en gran medida, incrementar su concentración, como patés, champiñones, mariscos, mejillones, cacao y algas secas.

Una exposición a niveles significativamente altas ocurren cuando la gente fuma. El humo del tabaco lo transporta a los pulmones. La sangre lo lleva al resto del cuerpo donde puede incrementar los efectos por potenciación, ya presente por comer alimentos ricos en cadmio.

Otra alta exposición puede ocurrir en quienes viven cerca de los vertederos de residuos peligrosos o fábricas que lo liberan al aire y quienes trabajan en las industrias de refinerías del metal.

El cadmio se acumula en los riñones, donde causa un daño en el mecanismo de filtración a causa la excreción de proteínas esenciales y azúcares del cuerpo y el consecuente daño renal. Lleva bastante tiempo antes de que el cadmio acumulado sea excretado del cuerpo humano.

De forma natural unas 25 mil toneladas anuales se liberan al ambiente. La mitad va a los ríos a través de la descomposición de rocas y otra, contamina el aire por fuegos forestales y volcanes.

También la producción de fertilizantes fosfatados artificiales emite cantidades de cadmio. Este mineral terminará en el suelo después de que el fertilizante se aplica en granjas; el resto, contaminará las aguas superficiales.

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