Sustentabilidad

Arcas de Noé, última esperanza vegetal y animal

En el Zoológico de San Diego, Estados Unidos, está el mayor banco de germoplasma del mundo que busca preservar a cientos de especies que hoy están en peligro de extinción, para que en caso de desaparecer del Planeta, haya material genético de dichas especies.

Este hecho, que hace unas décadas era ciencia ficción, es la última barrera contras las desapariciones vegetales y animales, provocadas por el hombre, que los especialistas llaman la tercera gran extinción. La primera fue ocasionada por el meteorito que acabó con los dinosaurios; seguido de las glaciaciones y que ahora en un periodo que no rebasa más de 500 años de industrialismo ha aniquilado a miles de especies.

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Las cuatro principales especies de pingüinos que viven en la Antártida están amenazadas de extinción a causa del calentamiento del Planeta.

En entrevista con Mi Ambiente, Oliver Ryder, director de Investigación Genética del Instituto de Conservación del Zoológico de San Diego, indicó que tener guardado una colección de material genético de diversas especies facilita las actividades de investigación y ayuda a comprender mejor la biología como evolución de la especie y contribuye al rescate genético con base al acceso a las células.

Expuso que esta institución cuenta con el “Frozen Zoo” –instalación de salvaguarda de material genético- que cada vez ha ido en aumento en su recaudación de germoplasma y que se ha dividido en dos lugares separados para almacenar colecciones de células. “Parte de este funcionamiento es con materiales como incubadoras para el cultivo de células, cabina de bioseguridad (área que protege la muestra y el científico de la contaminación potencial), otros artículos de equipo y una centrífuga de laboratorio.

Expuso que el Frozen Zoo actualmente incorpora más de 1,000 especies en su colección de células congeladas de más de 10,000 animales vertebrados individuales que existen en el Planeta, muchos catalogados en peligro de extinción.

Dijo que “este sitio tiene correspondencia profesional con programas de otros países. En 2013, realizó intercambios de conocimiento y capacitación con científicos de otros países, quienes pasaron una semana en nuestros laboratorios de aprendizaje sobre técnicas para que puedan iniciar su propio Frozen Zoo en sus naciones”, lo que sería la punta de lanza para impulsar investigaciones regionales y nacionales para preservar la biodiversidad.

Indicó que Frozen Zoo fue ideado al apreciar que los animales de la colección del Zoológico se estaban convirtiendo, cada vez más raros y muchos podrían ser objeto de cultivo de sus células, que en el futuro esta colección podría jugar un papel importante en la recuperación de esas especies.

Dijo que en otros países, entre ellos México, construyen instalaciones que pueden relizar el papel de cultivos de células, hecho que se sumaría a esta misión.

Aceptó que “las especies de la biodiversidad están disminuyendo en número y este procedimiento científico brinda oportunidad a los científicos de estudiarlas y de recoger muestras genéticas para su salvaguarda en bancos genéticos”.

Su trabajo se enfoca a prevenir que las especies se extingan, pero debe tenerse gran consideración en pensar recuperar una especie extinta por largo tiempo, aspecto que, sin duda, debe ser analizado, enfatizó.

En México, el único caso similar es el Laboratorio de Genómica de Conservación y Biobanco de Tejidos y Germoplasma del Bosque de Chapultepec, que busca no sólo preservar las especies que ya están en sus instalaciones, sino otras, pero no se debe olvidarse que México ocupa el cuarto lugar entre los países megadiversos, lo cual representa 10% de la diversidad terrestre del Planeta, de ahí la importancia de preservar el código genético de la biodiversidad actual.

En nuestro país existen 88 zoológicos registrados ante la Direccion General de Vida Silvestre de la Secretaría del Medio Ambiente (Semarnat), de los cuales 27 forman parte de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de la República Mexicana (Azcarm), organización que colabora en el desarrollo de estos sitios, mediante programas de conservación, investigación científica y educación ambiental.

La directora de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, María Elena Trujillo Ortega, en entrevista con Mi Ambiente, señaló que los bancos de germoplasma de la biodiversidad siempre deben basarse en “una tenencia responsable del genoma, ya que debe darse un estudio adecuado del material genético a salvaguardar pues no queremos que en 100 años, en el caso de que se reviviera una especie extinta, se trajera a la vida enfermedades que le acompañasen al animal”; por ello, enfatizó, “se necesita revisar exhaustivamente los genes guardados y si esto coadyuva a preservar animales es un proyecto grandioso”.

Dijo que los bancos genéticos “son una alternativa de conservación, pero no debe verse como un método de mejora genética lo cual prohíbe la ley y es natural el paso a estos procedimientos de preservación de la biodiversidad en flora y fauna que comenzaron hace muchos años con los circos, luego los zoológicos, llegando a las reservas naturales”, pero en la actualidad los espacios naturales se reducen por la tenencia de la tierra, por eso guardar su material genético es una buena idea, pero se corren muchos riesgo y se ubica en una línea de investigación muy estrecha”.

Añadió que lo que mejor debe hacer no sólo México, sino la humanidad es mantener con vida a su biodiversidad y no extinguirlos; sin embargo, aquellas especies en riego de extinción deben guardarse sus genes que para que en el futuro se les pueda reproducir, sin embargo, alertó que desde hoy se deben aplicar los mayores estándares de calidad en estos materiales y no despertemos en 100 años alguna pandemia.

Banco de germoplasma

Los bancos de germoplasma son sitios de material biológico, cuyo objeto es la conservación de la biodiversidad. Son recintos clave para evitar que se pierda la diversidad genética por factores ambientales, físicos y biológicos y las actividades humanas. La constitución de estos bancos es relativamente reciente a nivel mundial. Comenzó en 1894 cuando Nicolai Vavilov, científico ruso, describió los centros de origen de la agricultura. Vavilov llamó la atención señalando la importancia que tiene la conservación de los ancestros de plantas cultivadas como fuentes de variación para el fitomejoramiento.

México preserva germoplasma de maíz y árboles

En México, tiene el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para establecer un banco de germoplasma forestal, lo que originó el Centro Nacional de Recursos Genéticos, banco de germoplasma de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) en Jalisco. Igualmente, se cuenta con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMyT), ubicado en el Estado de México, que conserva 59 especies de maíz nativas de México.

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