Opinión

Tercer informe de FCH

A unos días de que Felipe Calderón presente su III Informe de Gobierno, las condiciones en el país parecen estar lejos de todo lo que se esperaba al inicio del gobierno. La promesa de la “presidencia del empleo” y los anuncios de programas como “primer empleo” no sólo son cosa del pasado, sino que han sido totalmente olvidados ante las necesidades inmediatas de la actual administración, todas encerradas como parte de la estrategia del combate al narcotráfico. Pero al momento en que inicien los trabajos de la nueva Legislatura, el día 1º de septiembre, el gobierno enfrentará sin más, el momento de las nuevas definiciones. Ya no se trata de programas o propuestas para salir de la crisis. A partir de ese momento, lo que el gobierno tendrá enfrente será la determinación de confrontar a las oposiciones con una mira estrictamente electoral, o entablar negociaciones para alcanzar acuerdos de fondo, aún cuando en ello el PAN pueda perder votos. El gobierno deberá asumir una decisión. Y con ella, los efectos que podrían significar que la segunda mitad del gobierno de Felipe Calderón se convierta en un serio retroceso para todos… Y para que se vea el tamaño del reto y de las decisiones, se podrían tomar como ejemplo la decisión de las autoridades educativas de “modificar” la historia nacional para dejar fuera de los textos escolares, fenómenos como la conquista y la colonia. Al mismo tiempo y por si algo hiciera falta, tendría que verse con especial atención, el hecho de que el examen nacional de conocimientos y habilidades arrojó un resultado por demás dramático cuando el 75% de casi 124 profesores fueron incapaces de responder adecuadamente a la prueba. El primero caso deja ver los afanes del gobierno por contar una historia afín a sus principios partidistas, en tanto que el segundo deja ver con toda claridad, no sólo la pobreza de los mentores, sino la decisión del gobierno por mantener una alianza político electoral con Elba Esther Gordillo y el SNTE, aún cuando en ello lo que se pierda sea el avance educativo. En pocas palabras, el gobierno decide que la historia es algo que se puede contar “a modo” y que es preferible tener maestros inadecuados para nuestros infantes, pero dispuestos al respaldo político, que mentores capaces que enseñen a sus alumnos no sólo la historia real, sino que puedan ponerlos a pensar. La señora Gordillo exculpa a los maestros que no pudieron salvar el escollo del examen. Pero no hay nada que la exculpe a ella. Y lo que es peor, no hay nada que salve a un gobierno de este desastre, provocado por la ambición de votos y el triunfo en las elecciones, cuando es evidente que las exigencias en el país establecen la necesidad de profesionalismo en la educación. Y este es apenas uno de los temas en los que el gobierno se ha entrampado. Y del cual los tres años que restan no parecen suficientes para salir del problema… No deja de ser curiosa la actitud del PAN ante el fallo que los ha puesto contra la pared en las elecciones capitalinas por las delegaciones de Benito Juárez y de Cuajimalpa. Los panistas han lanzado acusaciones muy serias en contra de la autoridad electoral y contra el gobierno del Distrito Federal. Pero no han aportado las pruebas de sus dichos. Así, dejan ver un espíritu que no es nada democrático y una intolerancia absoluta, para no hablar de una ausencia total del respeto a la legalidad. Si tienen pruebas de sus dichos, tendrían ya que haber iniciado las acciones del caso. Y si no, tendrían que se llamados a cuentas por su partido y las autoridades respectivas, ya que no parece lógico que el partido en el gobierno sea el primero en dinamitar los frágiles cimientos de nuestro proceso democrático. Demetrio Sodi y Carlos Orvañanos se encuentran en el peor de los mundos posibles. Pero es el PAN el culpable de todo esto. Y lo más importante es que aún falta un buen tramo para que los blanquiazules puedan asimilar el fracaso de su pasada campaña electoral… Otro que enfrenta problemas derivados de la improvisación es Andrés López. Es obvio que sus rivales dentro del PRD buscan que “Juanito” se declare demócrata y mantenga el cargo para el que fue electo en Iztapalapa. Pero en términos reales, lo que sucede es muy sencillo. Más allá de que el señor López lleve a buen término su proyecto para imponer a Clara Brugada, lo que está a la vista es que la batalla interna en el PRD sigue viento en popa. Y que los recursos en esa batalla no tienen límite alguno. Pero resulte lo que resulte, Andrés López mostró su capacidad para controlar los votos. Y los “Chuchos” acreditaron apenas, su capacidad para buscar por métodos poco claros, a los elementos que colaboran con el rival. El PRD pierde en los dos casos, López gana sin importar el resultado final y “Juanito” aparece como lo que siempre ha sido: un golpeador.

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