Opinión

Tamales

Los hay de todos olores, texturas y sabores, de norte a sur y de este a oeste en la República e incluso están más allá de nuestro continente. De hoja de maíz, de plátano o de muchas más; de verde, de rajas, de dulce, o, por qué no, de chipilín, de piña con rompope o de piñón con biznaga.

Su origen es netamente mesoamericano, más de México, según teorías, de aquí se fue expandiendo al resto del continente, adaptando cada pueblo la receta combinada con sus platillos típicos.

Los tamales son descritos por Fray Bernardino de Sahagún de esta forma:

tamale

“Comían también tamales de muchas maneras; unos de ellos son blancos y a manera de pella, hechos no del todo redondos ni bien cuadrados…Otros tamales comían que son colorados…”

Es el tamal una evidencia de la vida cotidiana de algunas culturas mexicanas en la época prehispánica, además de ser usado en rituales religiosos, ofrendas y tumbas.

A pesar de la diseminación de la preparación del tamal por las Américas, México sigue siendo el país con más diversidad, con casi 5000 variedades. Corría la creencia en antiguas épocas que era de mal porvenir el comerse el tamal que se pegara a la olla.

Y como ya es sabido, los tamales son tradición del 2 de febrero, día de la Candelaria, al que le haya salido el niño en la rosca de reyes, le toca llevarlos.

Este puente, con motivo de dicha fecha, tanto en el Museo Nacional de las Culturas Populares como en el Jardín Hidalgo en Coyoacán se celebra la feria del tamal.

Y como dice el dicho “Que no le hagan de chivo los tamales”, conozca a fondo una más de las cientos de tradiciones que nuestro país ofrece.

Acerca de Luis Mario Vargas Casas

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