Opinión

PRI ganará de calle en Edomex y Coahuila; PAN, en un abismo

Eruviel Ávila

El próximo domingo habrá elecciones para  gobernadores en los estados de Coahuila,  Nayarit y México, perfilándose el PRI como claro favorito en las tres entidades. Si el PAN no gana alguna, en Los Pinos van a ser escuchadas frases de grueso califre, de furia incontenible. En la entidad mexiquense, los comicios serán de trámite, de ser ciertas las encuestas de varios medios que sitúan al candidato priísta, Eruviel Ávila, con 59% en las preferencias electorales.  Ni oportunidad de alegar “acarreos” o fraudes electorales tendrán Alejandro Encinas y Luis Felipe Bravo Mena si, de acuerdo a los pronósticos de encuestadores, quedan en 26% y 15%, respectivamente, en los resultados finales. Son diferencias abismales y, en el caso de Acción Nacional, mal harían sus dirigentes si culpan de la derrota a Luis Felipe Bravo Mena.

El nacido en Guanajuato ha hecho cuanto puede. Dirige duras críticas a sus adversarios, aunque le ha cargado la mano al perredista Encinas, tal vez porque negó toda alianza con el PAN. En su postura de golpear con cuanto puede a panistas y perredistas, Encinas se lució en los debates y soltó la versión de que el PAN estaría dispuesto a declinar a su favor en el Edomex, a cambio de que el PRD cediera sus votos en Nayarit al PAN. Bravo Mena rechazó, rotundo, semejante patraña.  En la entidad mexiquense se tienen más de 10 millones de posibles votos. Toda proporción guardada, no se puede hacer el trueque con una entidad de alrededor de 700 mil votantes. Encinas no debió quemar su fuerza de izquierda, en un manejo de ese nivel. En años recientes se decía que las fuerzas de los principales partidos estaban equilibrados en el Estado de México, de 33% cada uno, en números redondos.

Pero en el panorama actual, el desplome de Acción Nacional en esa entidad es de profundidad extrema, abrumador. La gente no se equivoca. Si padece terror ocasionado por el hampa, pobreza extrema, carestía de los alimentos y desempleo, es obvio que señala con índice de fuego a los culpables. Y lo que se espera en el Edomex podría repetirse en la próxima sucesión presidencial. Ni las avalanchas de costosos “spots” convencen a los olvidados.

En Coahuila se repetirá la historia. Pese a que el candidato priísta, Rubén Ignacio Moreira, es hermano del dirigente del PRI, Humberto, esto no disminuye el coraje de los coahuilenses por tantos muertos e incontables calamidades. En Nayarit encabeza las preferencias el priísta Roberto Sandoval Castañeda. Sólo perdería si unen sus votos el perredista Guadalupe Acosta Naranjo y la panista Marta Elena García, esposa del actual gobernador. Como se vio en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, los panistas ganan elecciones si pactan alianzas con sus grandes adversarios, los de izquierda, precisamente. Por eso la política de México navega en las aguas negras.

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