Opinión

Policías de azul y quepí

CUANDO TOMO posesión de la policía capitalina como secretario de Seguridad Pública el doctor Manuel Mondragón y Kalb anunció que realizaría una reestructuración en las filas de los guardianes del orden público. Algunas se han cumplido, como uniformar a todos los policías preventivos de azul y, además, portar el quepí con su placa, en lugar de la cachucha beisbolera que usaban los gendarmes y que hacía que la personalidad de la autoridad que representan fuera menospreciada por la gente.
OTRA MEDIDA que ha tomado el jefe de la Policía del DF es la vigilancia a pie de dos o más policías debidamente armados, con sus chalecos blindados para hacer frente a los delincuentes, principalmente en calles de algunas colonias, consideradas como de “alto riesgo”, por la inseguridad.
AHORA HEMOS observado en calles y avenidas de la ciudad a los patrulleros y policías que hacen vigilancia “pie-tierra”; realizan su trabajo en forma constante y atienden, de forma comedida, a los ciudadanos que acuden a ellos en busca de alguna información, como la localización de alguna calle o de la ubicación de farmacias o centros comerciales.
SERA MUY difícil que en corto tiempo nuestra policía recobre su lugar entre la sociedad capitalina. El desprestigio que ha acumulado desde hace tiempo por las prácticas de corrupción entre los mandos y la tropa no se puede borrar con una orden, así sea del alto mando. Es necesario que los nuevos gendarmes de a pie y patrulleros demuestren que saben cuidar el orden público y brindar seguridad a los ciudadanos, situación que puede lograrse si se continúa con el Programa Preventivo de Seguridad Pública, que hace algunos años se puso en práctica a corto, mediano y largo plazo.
ES UN programa de seguridad para la Ciudad de México. En algunos de sus capítulos está vigente, sólo que con nombres diferentes de estrategias que se vienen adjudicando algunas personas que presentan falsas soluciones para acabar con la inseguridad en el DF.
COMO PARTE principal de este programa se implementó la cobertura de zonas a través de patrullajes por área. Dio resultado porque el principal delito que se comete en la Ciudad d México es el asalto en la vía pública, lo que se logró controlar con vigilancia, precisamente, al estilo antiguo, con policías en pareja y caminando en las calles, además del recorrido que hacen las patrullas.
NO HAY otra forma de hacer frente a los rateros que, a través del tiempo, van utilizando diferentes técnicas para “operar”, pero siempre el fin es el mismo: atracar a los transeúntes, sean hombres, mujeres, ancianos o niños.
DESDE LA época de los “Serenos” que, según la historia, inician su trabajo en 1790, con uniformes grises y que se cubrían de las inclemencias del tiempo con cómodas capas y un sombrero, en épocas más cercanas al tiempo actual, los gendarmes del DF usaban su uniforme de paño azul marino, su quepí con placa al frete y fornitura, además del cordón de mando y el silbato con un sonido especial que hacía la diferencia con los carteros y afiladores que también anunciaban su presencia en las calles mediante este importante instrumento musical, igual como ahora lucen los policías de la SSP-DF.
OJALA Y el doctor Mondragón y Kalb continúe poniendo en práctica esos sistemas de seguridad que, no por antiguos, dejan de ser eficaces.

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