Opinión

Nochebuena

Otra vez aquí la Nochebuena, y con ella el recuerdo del establo y el pesebre.

Y por qué no, del niñito en el pesebre.

Por un momento y en esta noche resuena un cántico de alegría para un mundo abatido, “Os ha nacido un Salvador”.

Nosotros los cristianos anualmente repetimos casi todos los mismos hechos, no sólo las compras y el pensamiento de la cena maravillosa de esta noche.

Nosotros nos regocijamos en esta festividad y buscamos todo aquello que pueda aumentar la festividad de esta noche, porque ella aleja la rutina gris de nuestra vida diaria. No es por eso sorprendente que todos los anhelos y deseos de la gente que conocemos se unan en Navidad.

El punto central de esta Nochebuena es que el eterno Dios, ante cuyos ojos nadie es inocente decide que es el cumplimiento del tiempo y “ …envió a su Hijo nacido de mujer y nacido bajo la Ley” Gá. 4:4.

La narración dice lo que siempre ocurre, cuando “la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor” Lucas 2:9; es decir cuando los hombres se percatan de la cercanía del Creador, siempre tienen temor como aconteció con los pastores de Belén. Creo que todos sabemos que la corteza terrestre no es más que una frágil y fina superficie tan delgada que comparativamente la cáscara de la naranja es más gruesa que la tierra, que los continentes y las islas. En realidad estamos sobre extensas áreas de lava ardiendo. Cuando un volcán hace erupción, sentimos que la ira de Dios está sobre todos nosotros. Por eso es explicable que los pastores tuvieran miedo.

Pero el mensaje es “no temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo,” este mensaje es oportuno, se abre la puerta para la esperanza. El amor de Dios se manifiesta.

Amigos, en medio del bullicio y la alegría, prestemos atención a este mensaje y regocijémonos y unámonos al júbilo de la cristiandad y digamos: “Jesús hermoso ven sobre mí con tu favor, se Tú la luz de mi alegría en esta Navidad, muéstrame cómo puedo ser lleno de la gloria de tu luz, para que en esta Nochebuena en mi hogar haya paz y bendición”.

* Pastor General de la Iglesia Cristiana Interdenominacional, A.R. sr@iciar.org

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