Opinión

No hay recesión: Videgaray

Reforma hacendaria

El Presidente Enrique Peña Nieto envió a la Cámara de Diputados su iniciativa de reforma hacendaria. Apunta a lo posible. Acaso no a lo necesario para una transformación de gran calado del país, como algunos llaman al evento. Es lo posible ante las circunstancias. México se encuentra en un periodo de desaceleración que ha llevado a las autoridades de Hacienda a reconocer que el crecimiento se ubicará en 1.8 por ciento en este año. Distante de aquel 3.5 establecido en los Criterios Generales de Política Económica que señalaron rumbo a la gestión de gobierno, en el inicio del régimen.

El Presidente enfrenta una realidad, heredada. Lo expresa con claridad el secretario de Hacienda:

Nuestra economía no ha crecido a la altura de su potencial en los últimos 30 años. El crecimiento económico (PIB), apenas ha alcanzado un 2 por ciento, en términos reales, en promedio, situación vinculada al nulo crecimiento de la productividad.

Sigue Luis Videgaray: “el bajo crecimiento económico no ha permitido satisfacer las necesidades sociales más básicas de amplios segmentos de la población”, por ello el 45.5 por ciento se encuentra en situación de pobreza, prácticamente el mismo porcentaje de hace 30 años, dice.

“Los ingresos tributarios como porcentaje del Producto Interno Bruto son de 13.7 por ciento. El promedio en América Latina asciende al 18.4. Y en países desarrollados de la OCDE alcanza el 26.3.”

El Sistema Tributario Mexicano es inequitativo. No ha sido efectivo para redistribuir el ingreso. A diferencia de otros países donde la política fiscal juega un papel fundamental para lograr mayor igualdad social; la distribución del ingreso en México, antes y después de impuestos, se mantiene, prácticamente inalterada.

Derivado de esa escasa recaudación, el gasto público como porcentaje del PIB es apenas del 19.5 por ciento. En el resto de América Latina alcanza, en promedio, el 27.1; en los países de la OCDE el 46.5.

Reconoce, el titular de Hacienda, que durante 2013 nuestra economía ha experimentado una desaceleración mayor a la prevista en los Criterios Generales de Política Económica para este año, fundamentalmente derivada de factores del sector externo y por la pérdida de dinamismo de los internos, entre ellos la construcción pública y privada, y una producción petrolera menor a la estimada.

Esto es parte de las circunstancias económicas, fiscales, presupuestales, que obligan a construir una iniciativa de reforma como la propuesta con la que se espera alcanzar, en el 2014, un crecimiento del 3.9 por ciento, base para la ejecución de programas que reorienten el rumbo de México hacia horizontes de mayor equidad, de mayor justicia social, de mayor certidumbre.

La iniciativa está en el ámbito del Congreso, las fuerzas políticas representadas en la Cámara de Diputados y en la de Senadores, harán su mejor esfuerzo para llevarla a buen término.

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