Opinión

*Militares retenidos *Mancera se engalla

NOTICIA.- Del día y de muchos días fue la de la detención en La Ruana, municipio de Tomatlán, Michoacán, de 51 militares por guardias comunitarias que exigían que se liberara a varios de sus compañeros aprehendidos con armas de alto poder que les habían decomisado a individuos ligados al cártel de la Familia Michoacana

Si bien a las pocas horas soltaron a los soldados que detuvieron como al Tigre de Santa Julia, la noticia no deja de ser de gran impacto. Si esas guardias comunitarias se atreven a detener a sardos, es una señal que no deja dudas que las comunidades campesinas, sobre todo, están dispuestas a jugarse el todo por el todo para defender a sus familias y sus bienes de grupos de facinerosos que pululan por todo el país. Grupos de defensa comunitaria que se iniciaron en Chiapas y que siguieron en Oaxaca y que ya se dan en Morelos y que en estados como el de México se han unido grupos de vecinos para detener a bandoleros robacoches, secuestradores y asesinos a los que han linchado como también ha pasado en la gran capital.

Si bien “la gran prensa” no le dio importancia al hecho porque para ellos no tuvo importancia y sólo siguieron festinando la nueva reforma de ley a las telecomunicaciones, a declaraciones de Peña Nieto de que no hubo línea para soltar a la secuestradora Cassez, y otras informaciones que al pueblo ni fu ni fa se van a llevar la gran sorpresa cuando grupos de autodefensa pasen a ser grupos guerrilleros armados y pagados por el narcotráfico. Y la guerrilla, campesinas y urbana no se la acaba ningún ejército por mejor armado que esté. Están avisados.

MANCERA SE ENGALLA

El jefe de Gobierno del DF no es la primera vez que les dice a sus antecesores que por más sugerencias que le hagan, por más que lo presionen para que hagan lo que ellos le dicen les responde que no se les olvide que él es el que manda en la gran capital.

A Ebrard le pesa y le dolió como cólico de herpes que Mancera no sólo quite las famosas playas de Ebrard, sino porque les haya empezado a cerrar las puertas a grupos de judíos que por medio de triquiñuelas legaloides se quedaban con terrenos de alta plusvalía en las principales vías de comunicación. Que si Mancera no ha querido tener broncas con el residente de Los Pinos es porque no quiere hacer el ridículo como su antecesor inmediato quien de no reconocer al chaparro, pelón y de lentes de Los Pinos, Calderón, casi terminó besándole las manos y patas.

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